Comienzo con lo más importante a manera de preguntas: ¿Cuándo estallará la burbuja de Pemex? ¿Arrastrará consigo al país? ¿Se desencadenará antes o después de las elecciones del 2 de junio?

La visión estatista del presidente intentó rescatar a Petróleos Mexicanos (Pemex) de su espiral de insolvencia. ¡Fracasó!

Hoy, su gobierno despliega medidas desesperadas que, más que resolver, exponen la gravedad de la situación: La reciente exención de impuestos por cuatro meses, anunciada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, puede parecer un respiro momentáneo, pero en realidad revela la interdependencia tóxica entre las finanzas de Pemex y el gobierno.

Así que registre lo que hoy le digo, porque no es poca cosa: Se agotó el tiempo y el dinero, Pemex amenaza con arrastrar a México a una crisis económica más amplia.

La decisión de eximir a Pemex de gravámenes fiscales, incluyendo el Derecho de Utilidad Compartida y el derecho de extracción de hidrocarburos, representa un esfuerzo desesperado por mantener a flote a la paraestatal.

Sin embargo, esta medida no es una estrategia económica o financiera. Es una maniobra política para evitar que la crisis de Pemex estalle antes de las elecciones, a un costo muy elevado.

Me explico: Lo que el presidente López Obrador ha creado con la exención temporal de impuestos a la paraestatal, incrementa la presión sobre el déficit fiscal del presupuesto gubernamental en su conjunto, creando una espiral financiera (déficit público - deuda de Pemex) que podría arrastrar a México hacia el abismo.

La relación simbiótica entre Pemex y el gobierno que restableció López Obrador, ha llevado a una creciente interdependencia de sus finanzas.

Así, el colapso de la empresa estatal impacta directamente en los ingresos fiscales, comprometiendo la capacidad del gobierno para continuar apoyando al refinanciamiento de la deuda de Pemex.

La situación se agravará y se necesitarán más medidas de rescate, creando un círculo vicioso que podría conducir a una crisis económica de proporciones muy serias.

¿Exagero? Calificadoras como Moody's Investors Service ya advirtieron de los problemas de canje de deuda para Pemex, sin un apoyo gubernamental continuo.

Se sabe por los ex secretarios de Hacienda que sirvieron a su gobierno, que advirtieron al presidente López Obrador de los riesgos de sus decisiones financieras respecto a Pemex.

No escuchó y la realidad llegó.

¿Hasta cuándo se podrá sostener esta relación simbiótica Pemex-Gobierno, que amenaza con desestabilizar los cimientos financieros del país?

La política de parches se agotó. Pemex es un coloso en ruinas y la estabilidad financiera del país ya está comprometida por la política de “abrazos” a Pemex.

Regreso a las preguntas: ¿Cuándo estallará la burbuja? ¿Arrastrará consigo al país? ¿Se desencadenará antes o después de las elecciones del 2 de junio?

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