Horacio De la Cruz S.

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Más allá de las encuestas, todo el mundo sabe que la elección por el gobierno del municipio de Puebla se decidirá entre dos opciones: la que encabeza Mario Riestra Piña (PAN, PRI, PRD) y el candidato que designe Morena y que acompañará el PT y el PV, José Chedraui Budib.

En ambas candidaturas hay contrastes interesantes.

Mario es un profesional joven y bien preparado. Desde temprana edad ha estado cerca de la política poblana y en cada una de esas etapas ha sido mesurado y propositivo. Nunca fue de los juniors que suben a un tabique y se marean. Le han interesado los problemas de Puebla desde muy joven (me consta) y buscó prepararse con estudios de postgrado para entenderlos mejor.

Lo recuerdo buscando ser disruptivo en un discurso cuando su padre, Mario Riestra, era Coordinador General de Asesores del Gobierno del Estado de Puebla, y él participaría como orador en un encuentro con jóvenes poblanos. Lo hizo bien.

Las cosas cambiaron para su familia con Mario Marín. Rafael Moreno Valle y el PAN le abrieron la puerta, y Mario supo ganarse confianza y posiciones. Estaba preparado para ello.

Mario, el mayor de tres hermanos, destacó por méritos propios en Acción Nacional, como legislador local, federal, funcionario público del Ayuntamiento de Puebla y ahora tiene en sus manos la candidatura a la presidencia municipal de Puebla.

A pesar de que camina cuesta arriba, creo que es una excelente alternativa para gobernar la capital del estado. Su carácter mesurado y su calidad académica de excelencia son una buena combinación.

Pero más allá de todo esto, creo que es un buen ser humano. Así lo conocí hace varios años y no creo que cambie de llegar al poder municipal.

José (Pepe) Chedraui, en una perspectiva tal vez superficial, es diametralmente opuesto a Mario Riestra. Ha buscado ser alcalde de Puebla por todos los medios y por varios trienios. Primero por el PRI, recomendado por Enrique Peña Nieto en su tiempo; coqueteó con el PAN y de repente se puso la camiseta que dice Morena, apadrinado por el gobernador sustituto de Miguel Barbosa Huerta, el expriista Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Chedraui es, en términos generales, parte de la cuota de poder transexenal de Céspedes Peregrina. Eso es bueno para José y Sergio Salomón en la refriega del proceso electoral, pero no necesariamente para Puebla.

Chedraui, ya entrado en años, se presenta como empresario y sabe lo que representa el presupuesto público de Puebla en términos de adquisiciones, arrendamientos y obras públicas. Reitero, eso es bueno para él y Sergio Salomón, pero no necesariamente para Puebla.

La recta final de las campañas rumbo al 2 de junio está a unos días de comenzar.

Le deseo buena suerte a Mario Riestra Piña. Cuenta con mi voto y con los mejores deseos para él y su familia, en memoria de su padre y de los días cuando muy joven lo veía caminar por los pasillos de la Coordinación General de Asesores del Gobierno del Estado de Puebla, donde fui Subcoordinador General por seis años con Melquiades Morales Flores.

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