Horacio De la Cruz S.

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📺 La mesa del postdebate de @lLatinus_us, conducida por @CarlosLoret 🎙️, es el ejemplo más reciente y polémico del sesgo subjetivo que ha operado como mecanismo de propaganda🤔

Tras el postdebate en el que plataformas informativas como Latinus, concluyeron de modo superficial que Xóchitl Gálvez perdió el primer debate oficial auspiciado por el Instituto Nacional Electoral (INE), el término "comentocracia" emerge como una pieza clave en el tablero electoral.

Ya no estamos frente a un texto, una voz o un video. sino de cara a mecanismos articulados de propaganda política. Esta forma de influencia mediática, que se ha arraigado profundamente en la sociedad, plantea interrogantes sobre su verdadero papel en la configuración de la voluntad popular de cara a la elección del 2 de junio próximo.

El actual proceso electoral en México, marcado por la competencia entre dos fuerzas políticas -básicamente- (Morena, PT y PVEM vs. PAN, PRI y PRD), hoy se ve amenazado por la omnipresencia de la comentocracia. Este ente, que ejerce su influencia a través de diversos medios de comunicación y redes sociales, podría inclinar la balanza a favor de Claudia Sheinbaum, bajo la sombra de sesgos y manipulaciones encubiertas.

No es un fenómeno inédito, pero hoy resulta alarmante constatar que la comentocracia, en muchos casos, es alimentada desde las altas esferas del oficialismo, tanto con ingresos declarados como ocultos. Esta situación plantea serias dudas sobre su independencia y su capacidad para ejercer un juicio imparcial sobre los acontecimientos políticos del país.

La mesa del postdebate de Latinus, conducida por Carlos Loret, es el ejemplo más reciente y polémico del sesgo subjetivo que ha operado como mecanismo de propaganda.

Así que es preocupante la capacidad de la comentocracia para moldear la percepción pública, incluso al punto de "vender" opiniones preconcebidas que distorsionan la realidad tangible. Esta distorsión, tejida hábilmente con el hilo de la desinformación y la manipulación de datos, está influyendo de manera decisiva en la toma de decisiones de la ciudadanía.

Un ejemplo elocuente de esta influencia manipuladora se observa en la reciente evaluación del debate presidencial. La comentocracia, en su afán por moldear la opinión pública, ha consignado con base en subjetividades que la candidata Xóchitl Galvez perdió el primero de tres debates.

Es pertinente señalar que esta narrativa preconcebida no solo busca influir sobre la percepción del primer debate, sino que también anticipa el resultado del segundo debate, presionando ya el ánimo de Xóchitl Gálvez y del electorado, para concluir que, si la candidata opositora “pierde” este encuentro, la elección presidencial del dos de junio estará decidida de antemano a favor de Claudia Sheinbaum.

Esta predicción apresurada, aún en gestación por la comentocracia, amenaza con minar la integridad y la legitimidad del proceso electoral mexicano.

En este contexto, es fundamental que la ciudadanía mantenga una postura crítica y analítica frente a la influencia de la comentocracia en el debate público. Solo así podrá preservarse la verdadera esencia de la elección, garantizando la libre expresión de ideas y la toma de decisiones informada por parte de los ciudadanos.

El desafío de hoy radica en desentrañar el entramado de intereses y agendas ocultas que subyacen tras la máscara de la comentocracia, para así fortalecer los cimientos de una sociedad más democrática y participativa en México. Evalúa tu situación y sal a votar en libertad, no permitas que nadie tras un micrófono, por popular que sea, manipule tu percepción de la realidad y la decisión que tomarás el próximo dos de junio.

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