🚗💰 En Quecholac, Puebla, la candidata a la alcaldía Guadalupe Martínez Gerardo hace campaña a bordo de un lujoso Lamborghini Urus, mientras el 70% de la población vive en pobreza y el 20% en pobreza extrema ¿Cinismo o desconexión total con la realidad de la gente? 🏞️🤑

Quechlac, Pue.- En medio del polvo y la pobreza de las calles de Quecholac, Puebla, la política se presenta en una forma que desafía toda lógica electoral, moral y ética.

Guadalupe Martínez Gerardo, postulante a la alcaldía por el Partido Social de Integración (PSI), ha decidido llevar su campaña a bordo de un deslumbrante Lamborghini Urus, valuado en más de 6 millones de pesos. Pero detrás de esta ostentosa exhibición de riqueza se esconde una realidad cruda para la mayoría de los habitantes de este municipio.

La candidata, hija de Antonio Martínez Fuentes, conocido como "El Toñín" y señalado repetidamente como líder huachicolero en la región, parece no tener ningún reparo en mostrar su desprecio por la miseria de su propia comunidad. Acompañada de su padre, quien hasta donde se conoce tiene una orden de aprehensión vigente por sus vínculos con el crimen organizado, Guadalupe se pavonea en su lujoso vehículo mientras la gente de Quecholac lucha diariamente para comer día con día.

En un acto de desfachatez sin igual, Guadalupe se atreve a afirmar que su familia no necesita robar, pero sus palabras caen en oídos sordos en una comunidad que conoce demasiado bien la verdadera historia detrás de la riqueza de la familia Martínez Gerardo.

Mientras la candidata intenta desviar la atención de un pasado turbio y de los escándalos que rodean su ambiente familiar, la población de Quecholac no puede evitar ver la ironía de una campaña electoral que se desarrolla en medio del lujo más exagerado y la miseria más abyecta.

Muy cerca del camino que recorre diariamente el Lamborghini, las tomas clandestinas de combustible continúan proliferando en la región, alimentando la violencia, el robo a transporte de carga y la corrupción que mantienen a la comunidad sumida en la pobreza y el miedo.

En un municipio donde el 70% de la población vive en pobreza y el 20% en pobreza extrema, la presencia de una candidata que derrocha millones en su transporte diario solo sirve para subrayar la hipocresía y el cinismo de un PSI y su clase política que han perdido completamente el contacto con la realidad.

Queda por ver si la indignación en Quecholac se traducirá en un rechazo contundente a la candidata a la alcaldía, Guadalupe Martínez Gerardo, y a todo lo que representa.

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