🚫Segunda Marcha Ciudadana por la Paz 🙌🚒 "Con los niños NO" y "Queremos paz" resuenan en las calles de Culiacán, mientras el estado enfrenta una crisis de violencia interminable. 🏛️🚫

Culiacán, Sinaloa. Esta mañana, las calles de la ciudad se llenaron de indignación, y esperanza, cuando cientos de ciudadanos marcharon sobre la avenida Álvaro Obregón para exigir el retorno de la tranquilidad perdida. Bajo consignas como "Vivos se los llevaron, vivos los queremos" y "El pueblo está de luto", los manifestantes dejaron claro que la paciencia de las familias sinaloenses ha llegado a su límite.

En esta Segunda Marcha por la Paz en Sinaloa, hombres, mujeres y niños exigieron un alto a los casos de violencia que han azotado a la región. La ola de inseguridad que golpea a Culiacán ha dejado a la población en estado de alerta, especialmente después del brutal asesinato de Gael y Alexander, dos menores que, junto a su padre, perdieron la vida el pasado 19 de enero en un intento de despojo vehicular.

Este trágico evento ha desatado una serie de manifestaciones bajo el contundente lema: "CON LOS NIÑOS NO".

La crisis de seguridad en Sinaloa ha sido prolongada. Durante más de cuatro meses, la violencia ha incrementado de manera alarmante, llevando a los ciudadanos a tomar las calles en busca de respuestas.

El malecón de Mazatlán también fue escenario de protestas, mientras que en la carretera que conecta Culiacán con Eldorado, los hechos violentos no dan tregua.

La mañana de este domingo 26 de enero, dos cuerpos con visibles signos de tortura fueron encontrados en el acceso carretero conocido como La 20, acompañados de fragmentos de equipo táctico y artefactos como 'ponchallantas', herramientas utilizadas por grupos delictivos.

Este hallazgo se suma a una lista de eventos similares en la misma zona, donde el pasado primero de enero se encontraron cuatro cuerpos en circunstancias igualmente perturbadoras.

La ruta entre Culiacán y Eldorado, vital por su conexión con otras comunidades, se ha convertido en un punto crítico para la violencia que surge de disputas entre grupos criminales. La ausencia de declaración oficial por parte de las autoridades ante estos hechos solo incrementa la frustración de una población que exige justicia y acciones concretas para garantizar su seguridad.

Con justificada razón, con pancartas, lonas y un mensaje claro, los manifestantes reclaman un alto inmediato a la violencia y justicia para las víctimas. Mientras tanto, el silencio gubernamental ante los recientes hallazgos en la carretera deja un vacío que no sólo mina la confianza en las autoridades, sino que también perpetúa la percepción de impunidad.

En un contexto de falta de resultados la paz para Sinaloa parece ser un sueño lejano.

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