Autotraffic, una empresa que se presenta como “líder en seguridad vial y ciudadana”, fue anunciada oficialmente como la ganadora de la nueva licitación pública para instalar las cámaras del renovado programa de fotomultas en el estado de Puebla. La noticia fue confirmada por la secretaria de Finanzas, Josefina Morales, quien ya había adelantado desde enero de 2025 que la firma seguiría operando mientras se resolvía el proceso de licitación.
Puebla de Zaragoza, Pue.- Con un discurso centrado en “tecnología de punta para salvar vidas”, Autotraffic promete soluciones integrales para la detección de infracciones viales, estudios de movilidad y análisis de política criminal. La empresa presume 21 años de experiencia y asegura haber evitado más de 5,000 muertes gracias a sus proyectos. Pero detrás del lenguaje tecnocrático y las promesas de seguridad, el programa de fotomultas ha probado ser, sobre todo, un mecanismo de recaudación masiva.
Según datos oficiales de la propia Josefina Morales Guerrero, tan solo en 2024 el estado recaudó 310.7 millones de pesos por concepto de fotomultas, lo que representa un incremento del 64 por ciento respecto al 2023. El gobierno estatal justificó el alza con la implementación de dos programas de incentivos, pero omitió detallar cuántas de esas sanciones correspondieron a errores de sistema, inconsistencias en los límites de velocidad o falta de señalética adecuada.
En la práctica, la fotomulta no ha sido un instrumento estrictamente preventivo, sino un esquema que canaliza recursos directamente desde los conductores hacia las arcas públicas, sin un análisis transparente sobre su impacto real en la disminución de accidentes. La narrativa de “salvar vidas” sirve así de parapeto para mantener un flujo constante de ingresos derivados de las infracciones.
El contrato con Autotraffic, originalmente concluido en 2024, fue prorrogado de forma discrecional mientras se definía si habría o no una nueva licitación. Hoy se confirma que, tras ese proceso, la misma empresa ha sido favorecida con una nueva adjudicación. La secretaria de Finanzas, Josefina Morales fue muy general, así que la decisión deja varias preguntas abiertas: ¿fue realmente una licitación abierta y competitiva?, ¿qué parámetros de evaluación se aplicaron?, ¿cuál es el costo operativo del sistema frente al monto recaudado?, ¿y cuántos accidentes se han evitado realmente?
Además, la empresa ha expandido su discurso más allá de lo estrictamente vial. Autotraffic ahora ofrece software de análisis criminal y tecnologías de identificación vehicular mediante cámaras ANPR, con la promesa de apoyar en la resolución de crímenes de alto impacto. Pero esta tecnología, diseñada en principio para combatir delitos graves, también puede ser aplicada a la vida cotidiana de los ciudadanos comunes. ¿Y si mañana te multan por no llevar el cinturón de seguridad, por supuestamente hablar por teléfono al conducir, o por beber un café mientras manejas? La promesa de seguridad se convierte en una puerta abierta a la hipervigilancia automatizada, donde cada gesto al volante puede ser interpretado como evidencia de una falta, sin espacio para el contexto ni para la defensa.
En un estado donde la opacidad en los contratos públicos ha sido la norma y los mecanismos de rendición de cuentas ciudadana son casi inexistentes, la permanencia de Autotraffic como operador del sistema de fotomultas plantea una pregunta crucial: ¿quién vigila a quienes nos vigilan? Si la tecnología se vuelve juez y parte, operando bajo contratos poco transparentes y con criterios opacos, el riesgo es instaurar un régimen de sanción permanente, administrado por algoritmos y sin contrapesos para defenderte.
Con la renovación del contrato, el gobierno de Puebla no ha optado por la continuidad de un modelo de gestión vial, sino por profundizar en un sistema de vigilancia sobre los cuerpos y comportamientos de los ciudadanos. Y todo ello sin abrir un debate público serio sobre sus implicaciones. La seguridad, una vez más, corre el riesgo de transformarse en una coartada tecnológica para controlar, castigar y recaudar.
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