Nuestros análisis en Región Global / Mexconomy han venido anticipando el futuro económico con precisión. Varios de los escenarios que planteamos han sido corroborados oficialmente semanas, o meses, después. Hoy le anticipamos -y le explicamos- que detrás del aparente crecimiento, se oculta una “Bomba de Tiempo Fiscal”, una economía cada vez más dependiente del gasto público.

Mexconomy / Región Global - Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para el cuarto trimestre de 2024 revelan una realidad que preocupa: México construye su muy modesto crecimiento económico sobre una base fiscal cada vez más frágil, con subsidios que crecieron un 167.4% en términos anuales, una tasa que debería encender todas las alarmas en el sistema financiero nacional.

Con un Producto Interno Bruto (PIB) de 35.3 billones de pesos corrientes y un crecimiento anual del 6.1% (no descontando la inflación), México presenta cifras que, en superficie, sugieren una economía robusta. Sin embargo, un análisis detallado de la distribución del ingreso revela fisuras estructurales profundas que amenazan la sostenibilidad económica del país.

Los datos del INEGI muestran que la Remuneración de los asalariados alcanzó 11.2 billones de pesos, representando apenas el 31.8% del PIB, mientras que el Excedente bruto de operación sumó 14.0 billones, equivalente al 39.6% del PIB. Esta brecha de 7.8 puntos porcentuales evidencia una concentración del ingreso que perpetúa la desigualdad estructural.

Pero el dato más preocupante emerge del comportamiento de los subsidios gubernamentales. Los 211.1 mil millones de pesos destinados a subsidios en el cuarto trimestre representan un incremento del 167.4% respecto al mismo período del año anterior. Esta cifra no es solo un número: es la evidencia de que el Estado mexicano está subsidiando artificialmente la estabilidad económica.

Cuando los subsidios crecen a este ritmo, estamos ante una economía que no puede sostenerse por sus propios mecanismos de mercado. La dependencia creciente del gasto público para mantener el funcionamiento económico sugiere fallas estructurales profundas.

Aunque la Remuneración de los asalariados creció 10.8% –la tasa más alta entre los componentes del PIB–, este incremento ocurre desde una base proporcionalmente pequeña. En contraste, el Excedente bruto de operación, que representa la mayor porción del PIB, creció solo 3.6%, pero mantiene su dominancia estructural.

El Ingreso mixto bruto, que refleja los ingresos de pequeños empresarios y trabajadores independientes, registró un crecimiento del 4.4%, indicando presiones sobre este sector que tradicionalmente actúa como amortiguador social en la economía mexicana.

Los Impuestos sobre la producción y las importaciones alcanzaron 2.8 billones de pesos con un crecimiento del 9.9%. Sin embargo, representan apenas el 7.8% del PIB, una proporción relativamente baja que limita la capacidad del Estado para financiar sus crecientes compromisos de gasto.

Señales de Riesgo

El análisis de los datos del INEGI revela tres riesgos sistémicos:

1. Insostenibilidad Fiscal: El crecimiento exponencial de subsidios del 167.4% marca una trayectoria insostenible que eventualmente presionará las finanzas públicas.

2. Dependencia Estructural: La economía mexicana muestra signos de requerir intervención estatal creciente para mantener su funcionamiento, lo que evidencia fallas en los mecanismos de mercado.

3. Concentración del Ingreso: La persistente brecha entre el excedente del capital (39.6%) y la remuneración laboral (31.8%) perpetúa desequilibrios distributivos. Nada ha cambiado la cada vez mayor intervención del Estado en la economía.

Los datos complementarios del PIB por el método del gasto refuerzan estas preocupaciones. El Consumo final representó 28.6 billones de pesos (81.0% del PIB), mientras que las Exportaciones alcanzaron 14.2 billones (40.3%) y las Importaciones también 14.2 billones (40.3%), evidenciando un equilibrio comercial precario.

Los datos oficiales del INEGI pintan el retrato de una economía que, detrás de sus cifras de “crecimiento”, enfrenta desequilibrios estructurales que amenazan su sostenibilidad a mediano plazo. El crecimiento del 167.4% en subsidios no es una política, es una señal de alarma que indica que México está postergando ajustes necesarios a costa de comprometer su estabilidad fiscal futura.

La economía mexicana requiere reformas urgentes que mejoren la productividad laboral, reduzcan la dependencia de transferencias gubernamentales y corrijan los desequilibrios distributivos. De continuar el mismo derrotero, el aparente “éxito” económico gubernamental podría convertirse en la crisis fiscal del mañana.


Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM). Producto Interno Bruto Trimestral por el método del ingreso y del gasto, 2025. Cuarto trimestre de 2024.