En los municipios de Tlaola y Juan Galindo, estado de Puebla, se localiza el sistema de represas Necaxa, Nexapa y Tenango, clave para el abastecimiento de agua con fines agrícolas y económicos. Sin embargo, esta infraestructura enfrenta una amenaza creciente: la contaminación y la proliferación del lirio acuático, una planta invasora que ha llegado a cubrir hasta el 80 % del embalse Nexapa.

Nuevo Necaxa, Pue.- Ante este problema, investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollan el proyecto “Plan de manejo para el mejoramiento de la calidad del agua y de los sedimentos en el sistema de represas Necaxa, Nexapa y Tenango y sistema de aprovechamiento de maleza acuática”.

Durante una primera visita realizada en septiembre de 2024, se identificaron compuestos orgánicos presentes en aditivos plásticos. Una segunda campaña de muestreo está programada para mayo, en temporada de estiaje, en la que se recolectarán muestras de agua, sedimentos y lirio para validar los hallazgos iniciales.

Por parte de la BUAP, el proyecto es encabezado por Efraín Rubio Rosas, junto con Ignacio Muñoz Máximo, responsable del área de Geociencias Aplicadas; Nemesio Villa Ruano, de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (DITCo); María Dolores Castañeda Antonio, del Instituto de Ciencias; Eva Águila Almanza y Heriberto Hernández Cocoletzi, de la Facultad de Ingeniería Química; y Ricardo Agustín Serrano, de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas.

El IPN participa a través del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD) y la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), bajo la coordinación del doctor Pedro Francisco Rodríguez Espinosa.

Una de las líneas de investigación aborda el origen natural de los contaminantes. El geocientífico Ignacio Muñoz Máximo estudia la interacción agua-roca vinculada a procesos geotectónicos y magmáticos, responsables de enriquecer las rocas locales con hierro, magnesio y manganeso. Estos minerales, junto con procesos como la remoción en masa, pueden provocar la presencia de metales pesados y nutrientes que estimulan el crecimiento descontrolado del lirio.

El doctor Efraín Rubio Rosas indicó que se está evaluando el potencial de la biomasa del lirio para su aprovechamiento comunitario, en un modelo que permita reducir la contaminación y al mismo tiempo generar beneficios económicos.

Si bien el lirio acuático impide la entrada de luz y oxígeno al agua, disminuye la biodiversidad y acelera el proceso de asolvamiento, también actúa como bioacumulador de metales pesados y como organismo para el biomonitoreo. De hecho, su uso es común en humedales construidos para mitigar la acumulación de contaminantes provenientes de fuentes domésticas, agrícolas e industriales.

El investigador del DITCo alertó que la proliferación del lirio se ha intensificado en la presa Tenango. Por ello, el equipo analiza la acumulación de metales en los tejidos de la planta y colabora con especialistas del IPN en el desarrollo de un modelo matemático para estimar la cantidad susceptible de cosecha.

Además, el IPN trabaja en el diseño de un sistema de biodigestión para obtener productos de valor agregado, mientras que los investigadores de la BUAP exploran otras opciones como la fabricación de papel artesanal.

El proyecto también incluye estudios sociales sobre la percepción y el manejo del lirio entre las comunidades locales. Mediante talleres participativos, se busca promover su uso en la agricultura y en la producción artesanal.

El objetivo final es lograr un impacto positivo y tangible en la región”, concluyó el doctor Efraín Rubio Rosas.