Desde España hasta Creática, el joven mago Roberto López (Romi) demostró que especializarse en lo que se ama puede convertir la pasión en un verdadero arte escénico.
Puebla de Zaragoza, Pue.- Cuando Roberto López, mejor conocido como Romi, subió al escenario al aire libre de la Universidad Madero, traía bajo el brazo más que una baraja: traía tres años de formación profesional en España, una filosofía de vida clara y la convicción de que la verdadera magia ocurre cuando uno se atreve a ser diferente. Y él lo es. No hay humo ni espejos en su discurso, sólo una certeza: “Tienes que encontrar tu nicho y volverte especial en eso. En mi caso, son las cartas. Siempre han sido las cartas.”
Su participación en Creática fue, literalmente, mágica. Pero no por la ilusión en sí misma, sino por la forma en que Romi conectó con su público. A través de su experiencia, transmitió una idea poderosa: ser artista no es sólo dominar una técnica, sino conocerse a fondo, aceptar los retos, perseguir la autenticidad. Contó que aunque su formación incluía escapismo y otras disciplinas, él siempre volvía a las cartas como quien vuelve a casa. Fue allí donde encontró su fuerza, su personalidad escénica, su manera única de decir “esto soy yo”.
Durante su intervención, seis personas del público participaron en un acto de ilusionismo en el que cada carta elegida se convirtió en parte de una historia compartida. Romi interactuó, improvisó, construyó tensión y finalmente, con una lluvia de cartas lanzada hacia el cielo, logró un cierre vibrante que arrancó aplausos y sonrisas genuinas. Su juventud no es una barrera: es su motor. Y su presencia, tan segura como humilde, dejó la sensación de estar ante un talento en ascenso, con un futuro inevitable en grandes foros internacionales.
“No duden de ustedes mismos, no piensen en el ‘qué dirán’, solo encuentren lo que los hace felices”, aconsejó a los asistentes. Fue un mensaje simple, pero dicho con una convicción que pocas veces se ve en artistas tan jóvenes. Romi no solo hace magia: la vive, la construye, la transmite. Y hoy, más que nunca, es vital apoyar esas voces poblanas que están empezando a brillar.
Porque si la cultura en Puebla necesita ser defendida, artistas como Roberto López nos recuerdan que la pasión auténtica es ya una forma de resistencia. Y que la magia, cuando nace del corazón, siempre encuentra su escenario.
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