La industria mexicana sigue perdiendo tracción. La actividad industrial cayó 0.7% anual en abril de 2025, a pesar de un marginal crecimiento mensual de 0.1%. La aparente estabilidad esconde una contracción severa que deja sentir sus efectos en Puebla, según el último Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) publicado por el INEGI.
Mexconomy - La construcción retrocedió 6.8% anual, con una caída alarmante de 21.8% en obras de ingeniería civil. La industria manufacturera se contrajo 2.6%, arrastrada por sectores como prendas de vestir (-10.2%), equipo de transporte (-8.8%) y textiles (-9.6%). En contraste, la minería se desplomó 7.7%, profundizando un ciclo de desinversión que también golpea los ingresos fiscales federales.
Este retroceso no es coyuntural. El acumulado enero–abril 2025 muestra que la industria cayó 1.6% respecto al mismo periodo de 2024. La construcción apenas creció 2.0% en edificación, pero cayó drásticamente en infraestructura. Los datos confirman lo que diversos analistas vienen advirtiendo: el impulso industrial en México se está agotando en un entorno de bajo dinamismo económico, incertidumbre regulatoria y debilidad institucional.
En Puebla, donde el motor económico descansa sobre la industria automotriz, manufactura ligera y obra pública, la desaceleración nacional tiene impactos directos. Según Mexconomy, la caída del 8.8% en la fabricación de equipo de transporte es un foco rojo para el empleo y la inversión extranjera en la entidad.
La construcción pública y privada sigue sin recuperarse plenamente. La caída de más de 25% en infraestructura durante 2025 refleja débil ejecución presupuestal, retraso en licitaciones y baja inversión federal. Esto reduce el efecto multiplicador sobre empleo, materiales de construcción, transportes y servicios locales.
En manufactura, la heterogeneidad de resultados entre subsectores es una señal de fragmentación estructural. Mientras sectores como computación (+1.6%) y otras manufacturas menores (+32.4%) resisten, los más intensivos en empleo y exportación presentan caídas sostenidas. En palabras de un analista de Mexconomy: “México (Puebla) no está capitalizando el nearshoring: la evidencia está en el retroceso del IMAI”.
Para Puebla, los datos representan una advertencia. Predomina una visión de desarrollo endógeno basado en industria y territorio, los retrocesos en construcción y manufactura exponen una vulnerabilidad creciente. Si no se garantiza infraestructura energética, logística y jurídica, los parques industriales progresivamente perderán capacidad de inversión.
Además, el estancamiento en generación y distribución de energía eléctrica (-1.7%) pone en duda la capacidad del país —y de estados como Puebla— para soportar una expansión industrial sostenida. La infraestructura eléctrica es un requisito fundamental para atraer inversiones de alto consumo como las plantas automotrices o los centros de datos.
El próximo dato del IMAI se publicará el 11 de julio. Si la tendencia no cambia, el segundo trimestre de 2025 podría marcar el inicio técnico de una recesión industrial. Para Puebla, esto significaría un golpe estructural a su narrativa de desarrollo con anclaje “endógeno”.
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