Puebla atraviesa un momento delicado en su historia industrial. Los últimos datos del Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL) de mayo de 2025 confirman que la industria automotriz, columna vertebral de la economía estatal, está experimentando caídas significativas que superan al promedio nacional.

Mexconomy - Entre enero y mayo de 2025, la producción total de vehículos ligeros en México cayó apenas -0.45% respecto al mismo periodo del año anterior, pero en Puebla las cifras son mucho más preocupantes. Volkswagen, la armadora más importante del estado, registró una caída de -27.3% en producción y de -37.6% en exportaciones. Audi, aunque con un peso menor en el total estatal, también mostró retrocesos: -6.5% en producción y -9.5% en exportaciones.

Estos descensos colocan a Puebla en una situación particularmente vulnerable. La alta concentración de su industria automotriz en estas dos marcas amplifica el impacto económico: menos producción y exportaciones implican menor actividad en las cadenas de proveeduría, empleo y servicios relacionados, así como una caída potencial en los ingresos fiscales estatales. Aunque la economía nacional apenas experimenta una desaceleración moderada, Puebla está enfrentando un retroceso severo que amenaza con desbordar hacia otros sectores productivos.

El informe del INEGI subraya que el 80.9% de las exportaciones de vehículos ligeros tienen como destino principal a Estados Unidos, lo que revela la alta dependencia de Puebla del mercado norteamericano y, por ende, su exposición a factores externos como las políticas arancelarias y la transición hacia vehículos eléctricos. Esto podría agravar las dificultades si no se adoptan medidas de diversificación productiva.

En términos técnicos, para calificar como crisis industrial plena se requiere no sólo una caída significativa en producción y exportación, sino también un impacto sostenido en empleo, inversión y cadenas de proveeduría. Aunque el documento del RAIAVL no proporciona datos sobre despidos o cierres de plantas, las caídas observadas en Volkswagen y Audi constituyen una señal de alerta temprana de que Puebla podría estar al borde de una crisis industrial si las tendencias persisten y no se implementan políticas de contención y reactivación.

Otras armadoras como Toyota y Ford han experimentado crecimientos significativos (hasta +72% en el caso de Toyota), aunque sus plantas están fuera de Puebla. Este cambio en la geografía automotriz nacional podría desplazar al estado si no se toman acciones para fortalecer su competitividad y diversificar su economía.

La pregunta es si las autoridades estatales y federales están preparadas para responder a este desafío. Hasta ahora, las acciones de política industrial han sido limitadas y se concentran en incentivos fiscales y promoción de ferias. Sin una estrategia integral que combine la atracción de nuevas inversiones, la transición tecnológica y la protección del empleo, Puebla corre el riesgo de agravar su fragilidad y precipitarse en una crisis industrial automotriz de mayores proporciones.

Los datos del RAIAVL para Puebla no son sólo cifras en un papel: son la radiografía de un modelo económico que, si no se corrige a tiempo, podría derivar en un golpe económico de gran envergadura.