En el sexto día de la guerra abierta entre Irán e Israel, el presidente Donald Trump evitó confirmar si ordenará un ataque directo contra las instalaciones nucleares iraníes, pero tampoco lo descartó. “Quizás lo haga. Quizás no. Nadie sabe qué voy a hacer”, dijo en los jardines de la Casa Blanca, mientras su administración continúa trasladando armamento pesado a la región.

Washington, Teherán y Jerusalén — Horas antes, el líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jamenei, respondió con dureza: “La nación iraní no puede rendirse”. Rechazó el llamado de Trump a una “rendición incondicional” y advirtió que cualquier intervención militar estadounidense traerá daños irreparables.

Desde Jerusalén, el gobierno de Benjamín Netanyahu ejecutó una nueva ola de bombardeos sobre Teherán. Más de 50 aviones israelíes atacaron objetivos estratégicos, incluida una planta de centrifugado nuclear. El OIEA confirmó que dos instalaciones nucleares fueron alcanzadas, mientras que las autoridades iraníes no han emitido comentarios oficiales.

Irán respondió con el lanzamiento de 30 misiles balísticos y oleadas de drones en la madrugada, pero según fuentes israelíes, todos los drones y la mayoría de los misiles fueron interceptados. No se reportaron víctimas.

Trump aseguró que Irán aún quiere negociar, pero recriminó su demora: “¿Por qué no negociaron conmigo hace dos semanas? Ustedes habrían tenido un país”. A pesar de la escalada, matizó: “Nada es demasiado tarde”.

En paralelo, Irán suspendió las negociaciones nucleares tras el inicio de los bombardeos, sin aceptar las condiciones impuestas por Washington. Según inteligencia estadounidense, Teherán ha preparado misiles para atacar bases estadounidenses si EE.UU. se suma formalmente a la guerra.

Mientras tanto, el Pentágono despliega buques y aviones en Medio Oriente para ampliar el margen de acción de Trump, quien incluso ha mencionado la posibilidad de asesinar al ayatolá Jamenei.

La guerra también comienza a afectar a civiles: Israel permitió el regreso parcial a trabajos presenciales y se reanudaron vuelos especiales para repatriar ciudadanos. En Irán, se reportan interrupciones severas del internet y el gobierno acusa a WhatsApp de espiar para Israel, acusación rechazada por la plataforma.

En Washington, crece la presión para que el Congreso intervenga y detenga una entrada unilateral en la guerra, al tiempo que la región se encamina a una confrontación de consecuencias globales.