La defensa del agua ha dejado de ser una consigna abstracta. Desde hace semanas, los vecinos organizados en el Consejo Ciudadano Defensores de la Tierra y el Agua mantienen el resguardo permanente del Pozo número 4, en lo que describen como una acción pacífica de protección comunitaria frente al saqueo de sus recursos hídricos.

Puebla de Zaragoza, Pue.- Como antecedente, tras la toma de la autopista México-Puebla, comentaron sobre una serie de acuerdos firmados entre el síndico municipal, regidores y representantes comunitarios. El compromiso es claro: convocar a una mesa de Cabildo donde se discutiría la revocación de convenios de concesión de agua que, a juicio de los pobladores, han sido otorgados sin consulta y en perjuicio del interés colectivo. A cambio, la comunidad se comprometió a no cerrar las autopistas, gesto que ha cumplido con disciplina hasta hoy.

Pero la contraparte institucional no ha respondido con la misma seriedad. según afirman. “Estamos esperando que cumplan con su palabra. No hemos cerrado vías, pero tampoco han convocado a la mesa de Cabildo ni revocado un solo convenio”, señalan los defensores en declaraciones de prensa desde el zócalo de Puebla.

A la espera de que las autoridades honren su palabra, las y los habitantes de Xoxtla han tenido que extender su vigilancia a otro frente: el Pozo número 5. Aunque está bardeado y aparentemente fuera de operación, “hemos recibido informes de que personas ajenas están intentando tomar el control del pozo”, explican. La comunidad desconoce legalmente quién es el dueño y teme que el agua sea redirigida a desarrollos inmobiliarios sin consulta previa.

Los pobladores han iniciado rondas comunitarias para vigilar ambos pozos, advirtiendo que no permitirán conexiones clandestinas ni excavaciones arbitrarias. “Lo que queremos dejar claro es que el agua de Xoxtla es del pueblo y no vamos a permitir que se la lleven sin transparencia ni autorización”, enfatizan.

La estrategia de resguardo ha sido construida desde abajo: turnos vecinales, información compartida, vigilancia mutua. Sin armas ni confrontación, la comunidad apuesta por una forma de resistencia civil no violenta pero firme, sostenida por la convicción de que el agua no puede ser tratada como mercancía.

No estamos cerrando calles ni tomando oficinas. Estamos cuidando lo que nos pertenece, mientras los que firmaron acuerdos siguen sin cumplirlos”, resumen. Para los habitantes de Xoxtla, el silencio del gobierno municipal y del Estado de Puebla no solo representa una omisión política: es también un riesgo tangible de saqueo inminente.

La defensa del Pozo 4 y la vigilancia sobre el Pozo 5 forman parte de una lucha más amplia por el reconocimiento del agua como bien común. En palabras de los propios habitantes: “No estamos pidiendo limosna. Estamos exigiendo respeto a nuestros derechos y a nuestra autodeterminación territorial”.

Mientras los acuerdos siguen congelados en los escritorios del Cabildo, Xoxtla sigue cuidando su agua gota a gota, con la convicción de que defenderla es también defender la vida. “Estamos ahuí. No nos vamos a ir. El agua no se vende, se defiende”, sentencian.