El gobierno municipal presume subsidiar cuotas escolares para miles de estudiantes en Izúcar de Matamoros, pero lo hace en medio de crecientes rumores sobre malos manejos administrativos y falta de transparencia en el uso de recursos públicos.
Izúcar de Matamoros, Pue.— El alcalde de Izúcar de Matamoros, Eliseo Morales Rosales, encabezó el arranque del programa de apoyo para el pago de cuotas escolares en instituciones de nivel básico. Según lo informado, más de 19 mil alumnos serían beneficiados a lo largo del municipio, en lo que se ha presentado como un logro sin precedentes en materia educativa. Sin embargo, el entusiasmo del alcalde contrasta con las dudas que persisten sobre el manejo del presupuesto municipal y la opacidad en la ejecución del gasto.
La primera entrega del recurso tuvo lugar en el preescolar Sor Juana Inés de la Cruz, donde Morales Rosales lanzó un llamado a la rendición de cuentas: “los tiempos de robo se acabaron”, afirmó. El mensaje, dirigido a los comités de padres de familia, parece más bien una respuesta preventiva ante lo que ya circula en el ámbito local: fuertes rumores de malos manejos dentro de la administración municipal.
Si bien el apoyo a las familias es necesario en un municipio marcado por la marginación y la precariedad escolar, la falta de claridad en la aplicación de recursos pone en entredicho el verdadero objetivo del programa. ¿Son estos apoyos educativos parte de una política pública sostenible o un instrumento financiero de conveniencia política?
Con más de 160 escuelas como beneficiarias y sin una auditoría pública visible, no se ha explicado a detalle de dónde provienen los fondos, qué mecanismos de control se aplicarán o si los montos asignados corresponden a criterios reales de necesidad y proporcionalidad. En tiempos donde cada peso público cuenta, entregar cheques sin fiscalización efectiva no garantiza ni transparencia ni educación.
La intención de extender el programa al nivel medio superior para el próximo ciclo escolar plantea una nueva interrogante: ¿cuánto cuesta realmente esta política? Porque sin claridad contable, cualquier “apoyo” puede terminar siendo oneroso, tanto para las finanzas municipales como para la confianza pública.
En Izúcar, donde la educación enfrenta serias carencias, lo que urge no es sólo un subsidio parcial a las inscripciones, sino un proyecto integral, transparente y auditable. Mientras no se abran las cuentas, el riesgo de que la educación pública termine convertida en dinero fuera de la educación es latente.
0 Comentarios