💍✨ La modelo Tania Ruiz, quien fue pareja de Enrique Peña Nieto tras su separación de Angélica Rivera, celebró su primer aniversario de noviazgo con Alejandro Baillères, heredero de una de las familias empresariales más poderosas de México. En redes, compartió mensajes de amor y resiliencia en medio de su nueva vida sentimental.

InfoStockMx — “12 meses, mil recuerdos, un amor que solo crece”, escribió Tania Ruiz junto a una serie de fotografías con Alejandro Baillères, expresando que encontró apoyo y respeto en su relación: “Contigo me siento amada, valorada, respetada y protegida”. Ruiz, quien estuvo en el foco mediático tras su relación con Peña Nieto, añadió que este año ha sido de sanación personal y amor real:

“No llegaste a salvarme, llegaste a amarme y en eso, sin darme cuenta, me ayudaste a sanarme (…) fui abismo y tú fuiste mi mejor amor.”

El empresario con quien Tania celebra este año de relación, Alejandro Baillères Gual, es hijo de Alberto Baillères González, uno de los magnates más influyentes de América Latina, dueño de Grupo BAL, que agrupa empresas como GNP Seguros, El Palacio de Hierro e Industrias Peñoles. Educado en Suiza y Stanford, tomó las riendas del conglomerado en 2021 y es uno de los herederos de una de las fortunas más sólidas del país.

Baillères estuvo casado con Sofía Aspe Bernal, interiorista e hija del exsecretario de Hacienda Pedro Aspe, con quien tuvo dos hijos antes de separarse en 2011.

En su momento, durante la relación de Tania Ruiz con Peña Nieto, circularon versiones de presunta violencia, mismas que ella negó de forma reiterada. Hoy, el énfasis en sentirse “respetada” marca un contraste con aquella etapa mediática.

En una curiosa coincidencia de vínculos en las élites, Alejandro Baillères es tío de Gonzalo Hevia Baillères, expareja de Belinda, a quien la cantante dedicó el tema “Heterocromía”, uno de sus sencillos más escuchados recientemente.

Lejos del ruido de la política, Tania Ruiz perfila su nueva vida entre la discreción y las fotografías cuidadas, en un capítulo que ella define con palabras sencillas: “Lo más bonito de nuestro amor es que no nos exigimos ser perfectos, solo hemos sido reales.”