El periodista Jesús Esquivel reveló que la entrega de 26 capos por parte del gobierno mexicano a Estados Unidos se realizó bajo la figura de “expulsión” y no de extradición, lo que forma parte de una estrategia del Departamento de Justicia para obtener cooperación e información sobre narcotráfico y corrupción.

CDMX — En entrevista, Esquivel explicó que se trata de la segunda ronda de traslados en este esquema, tras una primera en febrero. La figura jurídica de “expulsión” permite a las autoridades estadounidenses acelerar el traslado y negociar con los detenidos fuera del marco tradicional de extradición, aunque —advirtió— el compromiso mexicano de no aplicar la pena de muerte depende en última instancia de los fiscales en Estados Unidos.

El comunicador relató que esta modalidad ha generado sorpresa en cortes estadounidenses: “Cuando la fiscal dijo que eran expulsados, la jueza preguntó: ‘What?’”. Según Esquivel, la estrategia funciona como herramienta de negociación para acceder a datos sobre redes criminales, rutas y vínculos políticos, en investigaciones que suelen permanecer selladas y seguir procesos prolongados ante un gran jurado.

Entre los entregados figura Abigael González Valencia, alias “El Cuini”, cuñado de “El Mencho” y fundador de Los Cuinis, considerado por la DEA como uno de los narcotraficantes más ricos del mundo gracias a su enfoque en el mercado europeo. También fue trasladado Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, exlíder de los Caballeros Templarios y, según Esquivel, informante de la DEA con vínculos documentados a Genaro García Luna y al gobierno de Felipe Calderón. Otro nombre relevante es Juan Carlos Félix Gastélum, yerno de “El Mayo” Zambada y operador del Cártel de Sinaloa encargado de la relación con el Ejército mexicano.

Esquivel reconoció la frustración ciudadana por la falta de resultados visibles inmediatos contra narcopolíticos mexicanos. Recordó que, aunque en Estados Unidos han sido procesados casos como García Luna y Salvador Cienfuegos, este último fue repatriado y exonerado en México pese a que Washington nunca lo exculpó formalmente. “No es que no pase nada, es que el proceso es más largo y debe respetar la jurisdicción internacional”, subrayó.

Estados Unidos recurre a mecanismos alternos para acelerar el acceso a capos y su información, mientras México presenta estas entregas como cooperación bilateral. La incógnita es si este modelo dejará un impacto duradero en la persecución de la narco-corrupción o si quedará como un expediente más en los archivos judiciales sellados.