La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación concluye 30 años de historia, dejando un legado en la defensa de derechos humanos y una transición hacia una nueva etapa judicial que promete mayor apertura y justicia social.

CDMX — Este miércoles, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) clausuró el periodo de 30 años de la Primera Sala, órgano encargado desde su creación de los asuntos más trascendentes del país en materia civil y penal. La desaparición de esta sala, establecida por la reforma judicial, marcó el cierre de un capítulo histórico, mientras los ministros salientes emitieron discursos en los que defendieron su labor y agradecieron al personal que los acompañó durante décadas.

El primero en tomar la palabra fue Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien expresó su gratitud hacia los integrantes de la sala y al personal técnico. “Me despido diciendo que, a pesar de los infundios y las calumnias, nos retiramos algunos de nosotros con la dignidad y la vocación intactas”, afirmó, evocando el reconocimiento por años de trabajo comprometido.

Seguidamente, Juan Luis González Alcántara Carrancá destacó la eficacia de la Corte gracias al trabajo compartido entre salas y Pleno. Subrayó la relevancia de la jurisprudencia emanada de la Primera Sala y citó al músico argentino Gustavo Cerati: “Solo me resta decir: gracias totales a todos ustedes”.

Por su parte, Margarita Ríos Farjat expresó su convicción de que todas las personas en México aspiran a una justicia mejor y lamentó la desaparición de la Primera Sala. “Confío en que su legado perdurará por siempre y seguirá protegiendo los derechos humanos”, dijo, resaltando la dimensión histórica del órgano.

El ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena optó por un mensaje breve y sobrio: “Me uno a los agradecimientos y solo me resta decir que verdaderamente para mí ha sido un privilegio. Muchas gracias”.

Finalmente, la ministra presidenta de la sala, Loretta Ortiz Ahlf, resaltó la innovación jurídica y los fallos que transformaron vidas y respaldaron a los sectores más vulnerables. A la vez, enfatizó los desafíos de la nueva estructura judicial, anticipando una era más abierta e inclusiva: “La desaparición de las salas plantea retos institucionales, pero confío en que la nueva corte sabrá afrontarlos, inaugurando una época de justicia más democrática, accesible y comprometida con la justicia social”.

Así, la Primera Sala cierra un período trascendente en la historia judicial de México, dejando un legado sólido en la defensa de los derechos humanos. Con su desaparición comienza una etapa en el Poder Judicial que aún genera más interrogantes que certezas. Tras la reciente elección judicial, la expectativa es elevada: un Poder Judicial que aspira a ser más transparente, inclusivo y comprometido con la justicia social.