La violencia en Guanajuato no da tregua. En las últimas horas, 10 personas fueron asesinadas en distintos municipios, un recordatorio brutal de la inseguridad que permea la entidad.
Irapuato, GTO. — Irapuato volvió a ser epicentro del terror. La noche de lunes, un ataque armado en el restaurante Oasis de la Cruz dejó como saldo dos muertos y dos personas gravemente lesionadas, entre ellas una mujer y un menor de edad. Vecinos de la calle Prolongación Guerrero alertaron al 911 sobre múltiples detonaciones de arma de fuego, provocando pánico entre comensales y residentes. Paramédicos trasladaron de emergencia a los heridos a un hospital, mientras que el Servicio Médico Forense levantó los cuerpos para la necropsia correspondiente.
La Policía Municipal, apoyada por efectivos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, acordonó la zona y activó protocolos de seguridad para resguardar a la ciudadanía y atender a las víctimas. La Secretaría de Seguridad Ciudadana informó que el Centro de Atención Integral a Víctimas brindó apoyo psicológico a los familiares afectados.
En paralelo, Irapuato concentró otros tres homicidios en un camino de terracería que conecta la comunidad de Aldama con Comederito, donde cinco hombres fueron localizados sin identificar. Mientras tanto, en la comunidad de Cuchicuato, el colectivo “No te olvidamos, te buscamos” halló restos humanos; la FGE no ha determinado el número de cuerpos.
Los otros cinco homicidios se registraron de manera dispersa en los municipios de León, Purísima del Rincón, Celaya y Pueblo Nuevo, dejando en evidencia un patrón de violencia extendida y descontrolada.
Guanajuato se mantiene en alerta. Cada cifra representa no solo una vida truncada, sino el eco de una seguridad que falla, de autoridades que corren detrás de los hechos y de familias atrapadas entre el miedo y la impunidad.
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