La comunidad de Las Jícamas, en Valle de Santiago, Guanajuato, amaneció este domingo con un silencio marcado por el miedo tras un ataque armado en la cantina “Las Brujas” que dejó siete personas sin vida.
Valle de Santiago, Guanajuato — Vecinos relataron que la noche del ataque se escuchó una “tronadera” de ráfagas que interrumpió la tranquilidad de la comunidad. Una pareja de adultos mayores, que vive a media cuadra del establecimiento, contó que en un inicio confundieron los disparos con cohetes por la rapidez con que ocurrieron.
La masacre ha transformado a Las Jícamas en un pueblo que aparenta abandono.
Los pocos habitantes que se atrevieron a salir de sus hogares describieron el temor que domina a la población, en un entorno donde la violencia no era común. El éxodo de habitantes hacia Estados Unidos ya había dejado a la comunidad con calles desiertas, situación que se agravó tras el crimen.
El miedo a hablar sobre lo sucedido y el cierre de puertas reflejan la desolación de un lugar donde la mayoría de los vecinos se conocen, pero hoy prefieren el silencio frente a la violencia.
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