La Secretaría de Educación Pública de Puebla continúa la migración de la nómina de miles de trabajadores estatales de BBVA Bancomer a Banorte, un proceso que se extenderá hasta el 17 de octubre y que ya genera inconformidades en las regiones donde el banco no cuenta con cobertura suficiente.
Puebla de Zaragoza, Pue. — El anuncio se presentó como un trámite administrativo, pero en realidad representa un cambio de fondo en la forma en que docentes y administrativos recibirán su salario. La medida se aplica en todo el estado, aunque su impacto es mayor en municipios alejados de la capital, donde las sucursales de Banorte son escasas o inexistentes, lo que significa largas filas, desplazamientos forzados y mayores costos para el personal educativo.
De acuerdo con el boletín oficial, del 8 de septiembre al 17 de octubre se instalarán módulos temporales en al menos 20 sedes de Coordinaciones de Desarrollo Educativo (CORDE) y en espacios municipales como casas de cultura y palacios de gobierno. Las jornadas serán de lunes a viernes de 09:00 a 17:00 horas. El trámite exige identificaciones oficiales, comprobante de domicilio, correo electrónico y teléfono celular, un requisito que en comunidades rurales complica aún más la gestión.
En la práctica, la migración no ofrece un beneficio tangible a los trabajadores. Por el contrario, en municipios como Tepexi de Rodríguez, Acatlán de Osorio o Chiautla de Tapia, y muchos otros, la infraestructura bancaria de Banorte es prácticamente nula, lo que anticipa un escenario de saturación y dificultades para cobrar el salario de manera regular. La medida también alcanza a personal de la zona metropolitana que aún no haya concluido el trámite, quienes deberán acudir directamente a las oficinas centrales de la SEP.
Mientras tanto, los trabajadores con plaza federal tendrán que esperar, ya que sus fechas y sedes de atención serán anunciadas “oportunamente”, prolongando la incertidumbre en torno al proceso. El contraste con el esquema anterior es evidente: BBVA Bancomer contaba con una red mucho más amplia de cajeros y sucursales en la entidad, lo que hacía más ágil la dispersión de la nómina.
El cambio de institución financiera responde a una decisión del gobierno federal y no a una demanda de los trabajadores. En las comunidades más alejadas, la migración se percibe más como una carga que como una solución, pues implica traslados costosos y pérdida de tiempo para cumplir con un trámite que, de momento, deja más preguntas que certezas.

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