San Marcos Tlacoyalco, comunidad de origen Ngigua perteneciente al municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, ha crecido hasta superar en población a la propia cabecera municipal. Sin embargo, junto con ese crecimiento ha llegado una pérdida silenciosa: la desaparición progresiva de su lengua originaria.

Ubicada en el corazón del estado de Puebla, San Marcos Tlacoyalco es hoy una de las comunidades más grandes de la región. Su expansión demográfica contrasta con un fenómeno cultural preocupante: la pérdida de la lengua Ngigua, que durante siglos fue el eje de identidad de su pueblo. Las generaciones jóvenes, marcadas por episodios de agresión y represión ocurridos en el pasado, han dejado de hablar su idioma ancestral, lo que pone en riesgo la continuidad de una tradición lingüística milenaria.

El nombre de la localidad rinde homenaje a San Marcos Evangelista, su santo patrono, cuyas festividades congregan a la población cada año en actos religiosos y culturales. En cuanto a su nombre indígena, Tlacoyalco, existen dos interpretaciones. Una versión sugiere que proviene del náhuatl Tlalcoyotl (zorro), atl (agua) y co (lugar), lo que daría el significado de “en el agua de los zorros”. Otra hipótesis lo vincula con Tlacotl (vara), yahualli (redondez) y co (lugar), es decir, “en el cerco o redondez de las varas”.

Ambas interpretaciones reflejan la riqueza lingüística y cultural que caracteriza a los pueblos originarios del sur poblano. Aunque el idioma Ngigua enfrenta hoy un proceso de desaparición, persisten los esfuerzos de algunos habitantes y docentes locales por revalorizarlo e incluirlo en la educación comunitaria. La esperanza de muchos mayores es que los jóvenes retomen el orgullo por su lengua materna y con ello, preserven una parte esencial de su identidad.

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