Las intensas lluvias en la Sierra Norte de Puebla han dejado más de 90 comunidades incomunicadas, cientos de deslaves y severos daños en caminos y viviendas. Autoridades locales y federales trabajan para restablecer servicios básicos, mientras la población enfrenta pérdidas materiales y se refugia en albergues temporales.

Xicotepec de Juárez, Pue. — Las lluvias torrenciales que azotaron la Sierra Norte de Puebla provocaron el colapso de tramos carreteros y deslaves que afectaron al menos 91 comunidades en 17 municipios. El saldo preliminar reporta 134.8 kilómetros de vialidades dañadas, más de 400 derrumbes y 24.5 kilómetros de asfalto desplazado. Las cifras confirman la magnitud del desastre y los retos logísticos para reabrir el paso hacia zonas rurales y de difícil acceso.

En Xicotepec, una de las localidades más golpeadas, habitantes relataron el impacto del desbordamiento de ríos y la pérdida de viviendas. Catalina Gutiérrez, vecina de La Ceiba, recordó el momento en que el agua arrasó su hogar: “Mis hijos se espantaron mucho, el agua venía con fuerza y muchas familias lo perdieron todo”. Hoy permanece en un albergue temporal donde, junto con otros pobladores, intenta reorganizar su vida en medio de la emergencia.

Infraestructura colapsada y respuesta institucional

El gobierno estatal desplegó maquinaria pesada a través de la Secretaría de Infraestructura para liberar caminos y restablecer la conectividad. De acuerdo con los reportes oficiales, se trabaja en tramos como el de Huauchinango–Xicotepec, uno de los más afectados. La Comisión Federal de Electricidad informó un avance del 50 por ciento en el restablecimiento del servicio eléctrico, mientras se priorizan zonas donde la incomunicación agrava las condiciones de las familias.

En coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y la Marina, se habilitaron albergues y refugios temporales para atender a la población desplazada. En Huauchinango operan dos escuelas adaptadas como refugios bajo supervisión de Protección Civil. Allí se distribuyen alimentos, agua y cobijo para quienes perdieron sus viviendas.

En Puebla, desde el Sistema Estatal DIF y la COPARMEX Puebla se habilitaron centros de acopio para recibir artículos de primera necesidad. A pesar de la respuesta institucional, la reconstrucción se perfila como un proceso prolongado, dada la magnitud de los daños y la dispersión geográfica de las comunidades afectadas.

La emergencia en la Sierra Norte revela una vez más la vulnerabilidad estructural que se repite cada temporada de lluvias: carreteras frágiles, drenajes insuficientes y comunidades asentadas en zonas de riesgo. A medida que avanza la atención a los daños, la prioridad sigue siendo restablecer la conectividad y garantizar la seguridad de las familias damnificadas.

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