La Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, bajo la presidencia de la diputada Merilyn Gómez Pozos (Morena), aprobó el dictamen al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el Ejercicio Fiscal 2026 con una votación abrumadora: 39 votos a favor, 15 en contra y cero abstenciones.
Mexconomy — El gasto neto total contemplado asciende a 10 billones 193 mil 683.7 millones de pesos, una cifra que revela tanto la magnitud del aparato estatal como las necesidades de las finanzas públicas mexicanas.
El incremento nominal de 891 mil 667.9 millones de pesos respecto al ejercicio 2025 representa un crecimiento de 5.9 por ciento en términos reales, lo que da cuenta de una expansión del gasto en un contexto económico donde los márgenes de maniobra fiscal se estrechan. Diputadas y diputados de Morena, PAN, PVEM, PT, PRI y MC externaron sus posicionamientos, aunque la votación evidenció el control oficialista sobre el destino de los recursos públicos. La junta directiva, en una decisión estratégica, determinó que las reservas se remitan de forma íntegra a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, consolidando así el proceso de aprobación sin fragmentaciones previas.
Anatomía del gasto: programable versus no programable
Del total estimado, 69.6 por ciento corresponde a gasto programable y el restante 30.4 por ciento a erogaciones de naturaleza no programable. El gasto programable, que se orienta a la generación de bienes, servicios y obra pública, suma 7 billones 94,708.8 millones de pesos, con un incremento de 5 por ciento en términos reales respecto al monto aprobado en 2025.
Sin embargo, el verdadero punto de tensión se encuentra en el gasto no programable, cuya estimación para 2026 asciende a 3 billones 098,974.9 millones de pesos. Esta partida se integra por tres componentes: el costo financiero de la deuda, que concentra 50.7 por ciento del total; las participaciones que se entregan a entidades federativas y municipios, que representan 47 por ciento; y el pago de adeudos de ejercicios fiscales anteriores (ADEFAS), que significa 2.3 por ciento del total. La preponderancia del servicio de la deuda —más de la mitad del gasto no programable— configura un riesgo importante: el Estado mexicano destina recursos crecientes al pago de compromisos financieros pasados, reduciendo la capacidad de inversión presente y futura.
El déficit fiscal persistente
En términos del artículo 17 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, para el ejercicio fiscal 2026 se prevé un déficit presupuestario de $1,393,770,634,695. Esta cifra, superior al billón de pesos, revela que el Estado mexicano continuará gastando por encima de sus ingresos, profundizando su dependencia del endeudamiento. El déficit no es un fenómeno aislado, sino la manifestación de una dinámica fiscal donde los ingresos públicos no crecen al ritmo que lo hacen las obligaciones y compromisos de gasto.
El comportamiento del presupuesto federal para 2026 identifica riesgos evidentes: primero, la creciente rigidez del gasto, con casi 80 por ciento del total comprometido entre el servicio de la deuda, las participaciones federales y programas sociales de amplia cobertura; segundo, la vulnerabilidad ante shocks externos —alzas en tasas de interés, movimientos cambiarios o caídas en el precio del petróleo— que pueden elevar dramáticamente el costo financiero de la deuda; tercero, la limitada capacidad de inversión pública productiva, comprimida entre el peso del servicio financiero y las transferencias obligatorias.
La aprobación del PPEF 2026 consolida un modelo de gasto expansivo con escaso margen de flexibilidad. El Estado mexicano enfrenta el desafío de sostener un nivel de gasto creciente en un entorno de recursos limitados, donde cada peso adicional destinado al servicio de la deuda es un peso menos para infraestructura, educación o salud. El dictamen aprobado por la comisión presidida por Gómez Pozos transita ahora hacia la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, donde deberá enfrentar el debate final antes de convertirse en la hoja de ruta financiera del país para el próximo año.
La pregunta que flota sobre este presupuesto de 10.2 billones de pesos es si México está construyendo un futuro de mayor prosperidad o simplemente administrando el peso creciente de sus compromisos políticos. La respuesta, escrita en cifras y porcentajes, sugiere lo segundo.

    
0 Comentarios