Ernestina Godoy Ramos, quien hasta anoche fungía como consejera jurídica del Ejecutivo federal, fue nombrada por Alejandro Gertz Manero como titular de la Fiscalía Especial de Control Competencial (Fecoc) y encargada de despacho de la Fiscalía General de la República (FGR).
CDMX — La maniobra ocurrió a velocidad de bala: Gertz presentó su renuncia para irse de embajador a "un país amigo" —eufemismo diplomático para blindaje con fuero—, firmó un oficio nombrando a Godoy en la Fecoc y, conforme a la Ley de la FGR, ésta asumió automáticamente la conducción temporal de la Fiscalía. El mensaje es transparente: la FGR dejó de tener cualquier pretensión de autonomía y ahora es oficialmente una extensión de Palacio Nacional.
El Senado emitió ayer la convocatoria pública para nombrar al nuevo titular de la FGR. En fast track aprobaron la renuncia de Gertz e informaron que el proceso de selección iniciará este viernes y concluirá la próxima semana. En siete días resolverán lo que debería ser un proceso exhaustivo de escrutinio para uno de los cargos más sensibles del país. Mientras tanto, Godoy Ramos permanecerá "a la espera" del proceso senatorial, aunque todos saben que su nombramiento ya está cocinado. Fuentes del ámbito federal confirman que tras rendir protesta en la Fecoc, solo resta la formalidad legislativa para coronarla fiscal general.
Gertz Manero, quien ocupó el cargo desde febrero de 2019 y debía concluir en febrero de 2028, deja una lista de asuntos pendientes y un legado envuelto en polémicas. La más escandalosa: el caso de su excuñada Laura Morán y su hija Alejandra Cuevas Morán. El 28 de marzo de 2022, la Suprema Corte ordenó la libertad de Alejandra, recluida desde el 16 de octubre de 2020 en el penal de Santa Martha Acatitla por el supuesto homicidio doloso de Federico Gertz Manero, hermano del fiscal. La Corte también canceló la orden de aprehensión contra Laura Morán, de 94 años. Gertz utilizó la Fiscalía como instrumento de venganza familiar y ahora se va con honores diplomáticos.
La operadora de Sheinbaum hereda la Fiscalía
Ernestina Godoy Ramos no es ninguna desconocida en el ecosistema político de Claudia Sheinbaum. Se desempeñó como fiscal general de Justicia de la Ciudad de México del 10 de enero de 2020 al 9 de enero de 2024, a propuesta de la entonces jefa de Gobierno Sheinbaum, con quien ya había trabajado como procuradora capitalina del 5 de diciembre de 2018 al 10 de enero de 2020. Durante el último año ocupó el cargo de consejera jurídica de la Presidencia, sumándose a una trayectoria que incluye haber sido directora de Desarrollo Delegacional en Iztapalapa, coordinadora de Asuntos Jurídicos en la Procuraduría Social del entonces Distrito Federal y directora general Jurídica en la Consejería Jurídica del DF.
Su currículum político es igual de robusto: diputada local, diputada federal, coordinadora del grupo parlamentario de Morena y senadora electa por la Ciudad de México en fórmula con Omar García Harfuch. Es decir, Godoy no es técnica apolítica; es operadora política de confianza absoluta de Sheinbaum. Y eso es precisamente lo que preocupa: una Fiscalía que debería ser contrapeso institucional ahora estará dirigida por alguien cuya lealtad primaria es con la presidenta, no con la ley.
La transformación de la Procuraduría General de Justicia capitalina en Fiscalía ocurrió bajo su gestión, convirtiéndola en la primera fiscal de Justicia de la Ciudad de México. Pero su paso por la justicia capitalina no estuvo exento de críticas: altos niveles de impunidad, casos emblemáticos sin resolver y acusaciones de persecución selectiva marcaron su administración. ¿Llevará esos métodos al ámbito federal?
El nombramiento de Godoy Ramos confirma lo que el caso Gertz ya había evidenciado: la FGR no es institución autónoma sino herramienta política. Gertz la usó para vendettas personales; Godoy la usará para proteger el proyecto de la 4T. El Senado simulará un proceso de selección que durará una semana —tiempo récord para un cargo que exige nueve años de gestión— y ratificará lo que Sheinbaum ya decidió. Mientras tanto, Gertz Manero se instalará en una embajada europea con fuero diplomático, lejos de las consecuencias de haber convertido la justicia mexicana en su patrimonio familiar. En el México de la transformación, los fiscales cuestionados no enfrentan juicios: se van de embajadores. Y sus sucesores no son elegidos por mérito: son designados por lealtad.

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