Autoridades de Chilpancingo identificaron a cuatro hombres originarios de Acapulco hallados degollados en una brecha de Chautipan, zona cercana a Jaleaca, Guerrero. Dos tenían las manos atadas hacia la espalda. El cuarto cuerpo fue localizado dentro de un Nissan March blanco con placas de Guerrero.
Chilpancingo, Guerrero. — La violencia que atraviesa la región Centro de Guerrero volvió a manifestarse con crudeza tras la confirmación oficial de la identidad de los cuatro hombres hallados el domingo en una brecha de terracería próxima a la comunidad de Chautipan, en el municipio de Chilpancingo. El caso, que involucra a dos víctimas con ficha de búsqueda —padre e hijo reportados como desaparecidos—, reactivó las alertas en la zona rural que conecta con Jaleaca de Catalán, un corredor donde la disputa criminal se ha intensificado en los últimos meses.
El hallazgo ocurrió hacia las 16:00 horas, cuando el comisario de Chautipan notificó la presencia de dos vehículos abandonados y cuatro hombres asesinados. Debido a lo complicado del terreno, fue hasta el lunes por la mañana cuando corporaciones estatales lograron ingresar al sitio, acordonaron el área y permitieron que peritos realizaran las primeras diligencias.
En el lugar se encontraba un Pontiac Matiz gris con placas del Estado de México; frente a él yacían tres de las víctimas, sin playera y con señales de tortura. Dos tenían las manos atadas hacia la espalda. El cuarto cuerpo fue localizado dentro de un Nissan March blanco con placas de Guerrero. Según la necropsia, los cuatro presentaban múltiples heridas de arma blanca en pecho y espalda y fueron degollados casi hasta la decapitación.
La Fiscalía confirmó que dos de ellos, Francisco Román Miguel Zamudio, de 64 años, y su hijo Francisco Samuel Román Pineda, de 34, habían sido reportados como desaparecidos el 22 de noviembre. Fueron vistos por última vez en Jaleaca de Catalán. Los otros dos hombres fueron identificados como Ricardo Martínez Flores, de 40 años, y Santiago Álvarez Zenaido, de 33. Todos eran originarios de Acapulco y sus cuerpos fueron trasladados al puerto para ser velados conforme a sus tradiciones familiares.
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