El espacio, que durante décadas simbolizó la curiosidad y la cooperación internacional, se transforma aceleradamente en el próximo teatro de operaciones militares. El Departamento de Defensa de Estados Unidos lanzó una convocatoria dirigida a empresas privadas para desarrollar prototipos de interceptores espaciales.
QB-Dataverse — Lo anterior, como parte de un ambicioso proyecto del gobierno Trump que busca crear un escudo orbital antimisiles capaz de neutralizar amenazas antes de que penetren la atmósfera terrestre.
La respuesta no se hizo esperar. Una joven startup de Los Ángeles anunció públicamente el desarrollo de lo que describe como la primera demostración comercial de un interceptor espacial estadounidense: un arma orbital funcional diseñada para operar directamente en el vacío y atacar objetivos fuera de la Tierra. El plan contempla el lanzamiento de dos prototipos en 2026, integrados en una plataforma orbital autónoma bautizada "Depósito Orbital", una suerte de estación de armas diseñada para albergar y sostener misiles espaciales en tiempo real.
Según declaraciones del CEO de la compañía, la empresa está financiando el desarrollo completamente con recursos propios, sin depender de subsidios gubernamentales. "Estamos avanzando increíblemente rápido", afirmó con una mezcla de orgullo tecnológico y desafío estratégico. Por primera vez en la historia, una empresa privada desarrolla por iniciativa propia un sistema de armas orbital, difuminando las fronteras entre el sector comercial y la defensa militar en el espacio.
El objetivo final es desplegar miles de interceptores orbitales formando una red de defensa continua alrededor del planeta. Si el sistema funciona como se proyecta, podría derribar misiles nucleares durante su fase de lanzamiento, protegiendo potencialmente ciudades enteras. Sin embargo, también establecería una nueva forma de poder global: el control militar unilateral del espacio sideral.
Los ejecutivos de la startup argumentan que todos los componentes tecnológicos necesarios ya existen: satélites, sensores avanzados, sistemas de rastreo y cohetes auxiliares. El verdadero desafío, según explican, consiste en integrar estos elementos en un único sistema capaz de interceptar amenazas en órbita con fracciones de segundo de margen de reacción. El anuncio reaviva los temores internacionales sobre la militarización del espacio y cuestiona la vigencia de los acuerdos que durante décadas mantuvieron el cosmos como territorio neutral.
