Comerciantes de pirotecnia de luz ganaron un amparo para vender en Tehuacán, Puebla. Integrantes de Luminin aseguran que sus productos no generan estruendo ni alta peligrosidad y podrán comercializar chispas y luces cerca del mercado Xochipilli.
Tehuacán, Puebla. — En un contexto de restricciones municipales a la venta de pirotecnia, comerciantes dedicados a la elaboración y distribución de materiales luminosos lograron reactivar su actividad en Tehuacán mediante una resolución judicial que redefine los alcances de la prohibición vigente en la ciudad.
Integrantes de la agrupación Luminin, conocidos como chisperos, informaron que obtuvieron un amparo que les permite comercializar pirotecnia de luz en el municipio. De acuerdo con su explicación, los productos autorizados no generan estruendo, no provocan contaminación auditiva y no representan un riesgo elevado para la población, al tratarse de chispas, luces de bengala y otros artículos cuyo atractivo principal es el color y la intensidad luminosa.
Marisela López y Soledad Onofre, representantes del grupo, señalaron que la resolución es determinante para la continuidad de una actividad que, afirmaron, se ha transmitido de generación en generación. Precisaron que el amparo no implica el regreso a los artículos tradicionalmente asociados con explosiones, sino una adaptación forzada del oficio hacia materiales exclusivamente luminosos, en cumplimiento de las disposiciones legales actuales.
Las comerciantes subrayaron la necesidad de diferenciar entre la pirotecnia sonora y la de luz, al considerar que el sector ha sido estigmatizado como responsable de riesgos generalizados y daños ambientales. Insistieron en que los productos que ahora ofrecen no producen detonaciones y se ajustan a criterios de menor impacto, por lo que pidieron que la discusión pública incorpore esta distinción técnica.
Relataron que, ante la negativa inicial de las autoridades para permitir su instalación, derivada de la prohibición general de venta de pirotecnia en Tehuacán, optaron por interponer un recurso legal que les permitiera operar en una zona aledaña al mercado Xochipilli. Reconocieron que ubicarse fuera del primer cuadro de la ciudad ha afectado sus ingresos, aunque confían en que la ciudadanía acuda al punto autorizado.
Finalmente, advirtieron que la restricción formal ha desplazado parte de la comercialización hacia redes sociales, un fenómeno que, señalaron, ocurre sin controles visibles. En ese escenario, la autorización judicial representa, a su juicio, una vía regulada para mantener el oficio y reducir prácticas informales en la venta de pirotecnia de luz.
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