En la Corte del Distrito Norte de Illinois, en Chicago, Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, admitió su participación en operaciones de narcotráfico y crimen organizado vinculadas al Cártel de Sinaloa. También reconoció su intervención en el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada ocurrido en 2024.

Chicago, Illinois. — La estructura criminal de Los Chapitos vuelve a colocarse en el centro de los procesos judiciales de Estados Unidos. En Chicago, ante la jueza Sharon Johnson Coleman, Joaquín Guzmán López aceptó su responsabilidad en dos cargos federales y en actividades que fortalecieron una de las organizaciones criminales más poderosas del hemisferio.

Como parte de su declaración, el señalado reconoció su colaboración directa para supervisar la producción y el tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo hacia territorio estadounidense. La admisión incluye un elemento especialmente delicado: su intervención en el secuestro de Ismael Zambada García, “El Mayo”, con la intención de trasladarlo a Estados Unidos en 2024.

Tanto Guzmán López como Zambada fueron detenidos en julio de 2024 en Texas tras aterrizar en un avión privado. Hasta entonces se mantenían como figuras de alto perfil que negaban cargos por narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas de fuego. Su captura generó una oleada de violencia en Sinaloa, con choques internos entre facciones del propio cártel.

Conocido como “El Güero” dentro de la organización, Guzmán López se convierte en el segundo hijo del antiguo líder del Cártel de Sinaloa en pactar con autoridades estadounidenses. Su hermano de sangre, Ovidio Guzmán, ya se había declarado culpable de cuatro cargos similares en la misma corte.

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