La Laguna, entre Coahuila y Durango, quedó expuesta tras la captura de Édgar Rodríguez Ortiz, El Limones, presunto operador financiero de los Cabrera Sarabia y dirigente de la CATEM de Pedro Haces. Su arresto revela años de extorsiones, lavado de dinero y complicidades regionales.
Saltillo/Durango — La detención de Édgar N., El Limones, destapó una estructura criminal que operó durante años en La Laguna bajo un esquema de extorsiones y ostentación pública. El personaje, identificado como parte del clan Cabrera Sarabia e integrante de la CATEM, construyó un aura de intimidación que permeó entre ganaderos, empresarios y comerciantes, mientras presumía lujos que contrastaban con la precariedad de los pueblos fronterizos entre Coahuila y Durango.
El Fiscal General del Estado, Federico Fernández Montañez, confirmó que desde hace al menos tres años las víctimas reportaban cobros de “derecho de piso”, aunque muchos testimonios permanecieron como rumores tácitos por temor a represalias. La captura del presunto operador ocurrió en Durango mediante un operativo federal encabezado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y fuerzas militares, en coordinación con autoridades estatales.
La figura de El Limones tomó notoriedad porque presumía un Lamborghini Urus verde limón y un Ferrari Portofino rojo, vehículos que utilizaba para circular por rancherías y zonas urbanas, convirtiéndose en un símbolo de poder y miedo. Estas extravagancias permitieron a las autoridades seguir su rastro, pues cada aparición del automóvil generaba nuevas pistas en la investigación.
La Secretaría de Seguridad confirmó que en el arresto se aseguraron armas largas, una granada y equipo táctico. Paralelamente, la UIF bloqueó cuentas bancarias del detenido y de personas de su círculo cercano, así como empresas de los giros inmobiliario, servicios integrales e ingeniería, todas con patrones financieros irregulares.
Tras la detención, el dirigente nacional de la CATEM, Pedro Haces, negó vínculos con El Limones, pese a fotografías difundidas en la región. Asimismo, el líder de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, afirmó que las imágenes no representan por sí mismas una prueba de relación ni complicidad.
La caída de El Limones también reveló una red de cómplices identificados por las autoridades: operadores que conducen Ferraris en distintos colores —rojo, negro y amarillo— así como una colección más amplia de autos de lujo supuestamente usados para actividades delictivas. Entre ellos destaca Nassael Armando Cobián Duarte, El Muñeco, señalado como jefe de plaza y próximo objetivo federal.
El grupo criminal mantiene vínculos con los hermanos Cabrera Sarabia, operadores históricos del Cártel de Sinaloa y aliados del Mayo Zambada. Las investigaciones apuntan a que El Limones fungía como pieza financiera clave de la facción, gestionando recursos provenientes de extorsiones, secuestros y actividades de lavado.
Su captura, producto tanto de su ostentación como de un seguimiento técnico de meses, marca un golpe directo a la estructura que durante años mantuvo sometida a la región mediante intimidación y violencia. El hombre que aceleraba por las calles de La Laguna en un Lamborghini ahora permanece bajo resguardo federal, trasladado a la Ciudad de México, mientras continúa la integración de la carpeta de investigación.

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