El Departamento del Tesoro de Estados Unidos advirtió que José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro, mantiene el control del Cártel de Santa Rosa de Lima desde prisión en México, señalando debilidad estructural, corrupción y fallas del sistema penitenciario federal
CDMX — Una advertencia emitida desde Washington volvió a poner bajo cuestionamiento la eficacia del sistema penitenciario mexicano, al señalar que uno de los líderes criminales más visibles del país continúa ejerciendo poder real pese a estar recluido en un penal de máxima seguridad.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos informó que José Antonio Yépez Ortiz, conocido como El Marro y fundador del Cártel de Santa Rosa de Lima, mantiene la dirección operativa de la organización criminal dedicada al robo de hidrocarburos y la extorsión, aun cuando se encuentra privado de la libertad. Para la autoridad estadounidense, esta capacidad de mando es reflejo de una debilidad estructural del sistema penitenciario mexicano, incapaz de romper las cadenas de control criminal.
La evaluación fue respaldada por Fernando Escobar Ayala, investigador de la organización Causa en Común, quien señaló que la corrupción y la sobresaturación en los centros de reclusión han desdibujado su función de readaptación social. Afirmó que el mantenimiento de liderazgos delictivos desde prisión evidencia esquemas de autogobierno que permiten a los internos imponer reglas y conservar influencia fuera de los muros carcelarios.
El especialista advirtió que el internamiento de capos de alto perfil en espacios compartidos no sólo fracasa como estrategia de control, sino que fortalece las estructuras criminales. La convivencia con subordinados o potenciales reclutas facilita la reorganización de grupos delictivos y perpetúa su operación, incluso bajo supuestos regímenes de máxima seguridad.
Escobar Ayala subrayó además vacíos normativos, particularmente en Guanajuato, donde no existe una ley especializada que regule el sistema penitenciario estatal. Aunque El Marro fue trasladado en julio de 2024 al Cefereso 14 en Gómez Palacio, Durango, su sentencia de 60 años por secuestro agravado, dictada en enero de 2022 en el penal del Altiplano, no ha impedido que conserve su poder criminal.
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