El gobierno de Claudia Sheinbaum planea excluir la carne de res y cerdo del Paquete contra la Inflación y Carestía para 2026. La medida sustituiría el arancel cero por cupos de importación, lo que, advierte la industria cárnica, podría elevar precios y frenar el consumo de proteínas entre las familias mexicanas.

CDMX — El Paquete contra la Inflación y Carestía, uno de los principales instrumentos del Estado para contener el alza de precios en productos básicos, enfrenta un ajuste de alto impacto. Para 2026, el gobierno federal analiza retirar la carne de res y de cerdo del esquema de arancel cero, una decisión que modificaría de fondo el equilibrio alcanzado en los últimos años entre abasto, precios y consumo.

De acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo evalúa sustituir la importación libre de arancel por un sistema de cupos, que limitaría el volumen de cárnicos que pueden ingresar al país sin impuestos. Hasta ahora, no se han definido ni los montos permitidos ni la temporalidad de la medida.

La directora general de ComeCarne, Macarena Hernández, pidió al gobierno reconsiderar la exclusión de estos productos del PACIC, vigente desde 2022 y diseñado para estabilizar el precio de 24 productos esenciales. Señaló que el esquema ha sido efectivo al permitir importaciones sin arancel desde mercados más competitivos, como Brasil, donde los precios son hasta 23 por ciento menores que los de Estados Unidos.

Según la industria, este mecanismo no solo contuvo la inflación en la carne de res y cerdo, sino que permitió reducciones en precios al consumidor. “La información que tenemos es que están por eliminar el arancel cero a la carne de res y de cerdo del decreto, van a publicar otros instrumentos como cupos de importación”, advirtió Hernández.

El riesgo inmediato, sostuvo, es un incremento de precios que impacte directamente en el consumo de proteínas animales, particularmente entre los hogares de menores ingresos. La advertencia cobra relevancia en un contexto donde el consumo de carne ha mostrado un desempeño sólido en los últimos cuatro años.

ComeCarne estima que el consumo cerrará 2025 con un crecimiento de 4.2 por ciento, al alcanzar 11 millones 224 mil toneladas. Para 2026, sin embargo, se proyecta una desaceleración a 2.7 por ciento, con un volumen de 11 millones 529 mil 725 toneladas, una previsión que podría deteriorarse si se elimina el beneficio arancelario.

La industria atribuye el crecimiento reciente al fortalecimiento del poder adquisitivo de la población de menores recursos, impulsado por alzas al salario mínimo, programas sociales y remesas. La salida de la carne del PACIC, advierten, pondría en riesgo ese avance y reabriría la presión inflacionaria en uno de los componentes centrales de la canasta básica.

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