En Jiutepec, Morelos, la primaria Santana Díaz Romano, ubicada a tres cuadras de la presidencia municipal, permanece cerrada tras denuncias de extorsión y cobro de piso contra maestros y escuela, quienes exigen seguridad para regresar a clases.

Jiutepec, Morelos. — La violencia alcanzó al corazón más necesitado de Morelos, donde la escuela primaria Santana Díaz Romano, situada a escasos metros de la sede del ayuntamiento de Jiutepec, suspendió actividades luego de que sus maestros interpusieran siete denuncias por presunta extorsión. El plantel mantiene las puertas cerradas desde finales de semana y la comunidad educativa opera bajo tensión mientras se desarrollan las investigaciones de la Fiscalía estatal.

Docentes y padres de familia tomaron una postura firme: no habrá retorno a las aulas hasta que las autoridades identifiquen y detengan a los responsables de las amenazas. Pese a la intervención coordinada de la Secretaría de Educación y cuerpos de seguridad, no se ha logrado restablecer la normalidad. Las reuniones entre funcionarios, directivos y representantes vecinales continúan, pero sin avances tangibles en materia de protección.

La secretaria de Educación, Karla Aline Herrera Alonso, confirmó que se activó un protocolo de acompañamiento desde el primer reporte, con encuentros entre autoridades educativas y de seguridad para definir un esquema de resguardo. No obstante, subrayó que las condiciones para un regreso presencial dependen del aseguramiento del entorno inmediato y de la respuesta institucional al conjunto de denuncias presentadas.

Mientras tanto, los alumnos reciben clases en línea como medida temporal, una solución que padres y madres han respaldado ante la incertidumbre. La comunidad docente sostiene que el regreso solo será posible cuando exista certeza jurídica y operativa, en un municipio donde la proximidad de la escuela con la presidencia municipal contrasta con la persistente sensación de vulnerabilidad.

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