Tlaxcala enfrenta una contracción profunda en su sector de la construcción, uno de los pilares de la generación de empleo y el encadenamiento productivo regional. El deterioro no es coyuntural: producción, empleo, horas trabajadas y salarios reales retroceden de manera simultánea, configurando uno de los cuadros más frágiles del país.

Mexconomy — En octubre de 2025, el valor de producción de las empresas constructoras en Tlaxcala cayó 31.1% a tasa anual. Aunque el índice se ubicó en 106.8 puntos (base 2018=100), el dato refleja un ajuste severo frente al año previo y anticipa un debilitamiento de la actividad para 2026.

La caída de la construcción tlaxcalteca supera ampliamente el promedio nacional y coloca al estado entre los de peor desempeño relativo.

La contracción productiva se trasladó con rapidez al mercado laboral. El personal ocupado total disminuyó 16.6% anual, mientras que las horas trabajadas retrocedieron 16.3%. Este doble ajuste confirma que no se trata de una simple reorganización interna de las empresas, sino de una reducción efectiva de obras, proyectos y frentes de trabajo. En un estado con limitada base industrial, el impacto sobre el empleo formal resulta particularmente delicado.

El dato más preocupante aparece en los ingresos personales del sector. Las remuneraciones medias reales cayeron 12.8% anual, ubicándose en un índice de 88.7 puntos. A diferencia de otras entidades donde los salarios aumentan como efecto estadístico ante la pérdida de empleo, en Tlaxcala el ajuste alcanza también al ingreso real de quienes permanecen ocupados. Esto erosiona el consumo local y amplifica el efecto contractivo sobre la economía estatal.

Horizonte 2026

La debilidad de la construcción en Tlaxcala no puede analizarse de forma aislada. A nivel nacional, el crecimiento reciente se ha sostenido principalmente en el consumo, mientras la inversión fija bruta acumula caídas anuales superiores al 7% y el ahorro pierde tracción. Para una entidad altamente dependiente de la obra pública y de proyectos de menor escala, este entorno reduce de manera significativa las posibilidades de recuperación espontánea.

De cara a 2026, el riesgo central es la consolidación de un nuevo descenso de actividad. Sin un repunte claro de la inversión pública, sin certidumbre para la iniciativa privada y sin una estrategia regional que priorice infraestructura productiva, Tlaxcala podría quedar atrapada en un ciclo de bajo crecimiento, empleo frágil y salarios presionados.

El balance es contundente: la construcción en Tlaxcala atraviesa una crisis estructural. Los datos no anticipan un colapso inmediato, pero sí advierten un deterioro persistente que, de no atenderse, puede convertirse en un lastre para el desarrollo estatal. La corrección exige inversión, planeación y coordinación. El tiempo para que el gobierno estatal actúe como principal promotor del sector se acorta.


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Fuente: INEGI, Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC). Cifras desestacionalizadas y originales. Series ajustadas mediante el método X-13ARIMA-SEATS / Mexconomy . Cifras preliminares sujetas a revisión.


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