El presidente del Congreso estatal, Pavel Gaspar Ramírez, impulsa ampliar periodos ordinarios desde 2026 para desahogar iniciativas y enfrentar la carga legislativa actual, aunque falta consenso político en la Jugocopo.

Puebla de Zaragoza, Pue. — La propuesta del presidente del Congreso del estado, Pavel Gaspar Ramírez, de extender los periodos ordinarios de sesiones a partir de 2026, expone un reto persistente en el Legislativo: el rezago de iniciativas y una dinámica parlamentaria incapaz de responder a la demanda creciente de trabajo. Actualmente, el calendario ofrece ventanas limitadas para el procesamiento de asuntos, una situación que afecta tanto la calidad como la oportunidad de la producción legislativa. Gaspar Ramírez sostiene que ampliar los tiempos permitiría desahogar la agenda acumulada y dar mayor espacio a la discusión en comisiones y al dictamen de propuestas pendienes.

El coordinador de Morena afirma buscar un acuerdo amplio con todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso, de modo que la reforma no sea vista como un movimiento unilateral o partidista. La iniciativa retoma una idea presentada en su momento por Laura Artemisa García Chávez, expresidenta del Poder Legislativo, quien advirtió que la productividad del Congreso depende también de su capacidad para sesionar con mayor regularidad. Aquella propuesta no prosperó, pero el diagnóstico de entonces parece haberse agravado, según legisladores de distintas bancadas que reconocen que la carga de trabajo se ha intensificado.

De aprobarse la modificación al calendario legislativo, uno de los puntos centrales que deberá definir la Jugocopo será la extensión exacta de los periodos ordinarios y los alcances de la reforma. Esto significaría ajustes no solo en la sesión del pleno, sino también en el régimen de comisiones, donde se concentra el mayor volumen de iniciativas rezagadas. La discusión podría involucrar también aspectos presupuestales y administrativos que aseguren el funcionamiento continuo de la estructura legislativa.

Mientras tanto, el actual periodo ordinario mantiene como prioridad la designación de la persona titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), una decisión clave para la vigilancia del gasto público. La intención de acelerar procesos no puede confundirse con la urgencia de aprobar resoluciones sin suficiente análisis: la productividad legislativa no solo depende del tiempo disponible, sino del compromiso con la revisión rigurosa y la negociación democrática. La propuesta de Gaspar Ramírez, aunque aún en fase inicial, abre el debate sobre la modernización del trabajo parlamentario en un Congreso cuya legitimidad también se juega en su capacidad de responder a los desafíos del presente.

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