Aunque el movimiento de pasajeros muestra una ligera tendencia al alza, al ritmo actual el Tren Maya tardará entre 10 y 20 años en alcanzar rentabilidad. Mientras tanto, es necesario subsidiar al "tren de lujo" para que sobreviva. Pierde 2 mil 500 millones de pesos anuales.

CDMX — A dos años de su inauguración, el Tren Maya opera con un déficit significativo: el subsidio federal destinado a su funcionamiento equivale a diez veces los ingresos obtenidos por la venta de boletos y souvenirs.

De acuerdo con los datos disponibles, el Tren Maya registró en 2024 ingresos por apenas 275 millones de pesos derivados de la venta de boletos y souvenirs, frente a gastos operativos que ascendieron a 2 mil 837 millones de pesos, lo que se traduce en una pérdida operativa de 2 mil 562 millones de pesos durante ese año. Esta cifra coincide con la estimación de especialistas que calculan que el proyecto acumula alrededor de 2 mil 500 millones de pesos en pérdidas anuales, un ritmo que, de mantenerse, podría implicar un déficit de hasta 25 mil millones de pesos en una década, considerando que el tren continúa dependiendo de subsidios federales para operar mientras su volumen de pasajeros crece a un ritmo insuficiente para garantizar rentabilidad en el corto y mediano plazos.

El tren, impulsado durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador como un mecanismo para reducir el rezago económico del sureste mexicano, depende de subsidios constantes para funcionar. Herrera advirtió que, de continuar acumulando pérdidas por alrededor de 2 mil 500 millones de pesos anuales, en una década podrían sumarse 25 mil millones de pesos en apoyos adicionales del erario.

Para el especialista ferroviario Carlos Barreda, uno de los mayores desafíos del proyecto en el mediano y largo plazos es justificar ante la Federación la magnitud de los subsidios otorgados. Señaló que el Tren Maya opera como un servicio turístico “de lujo”, por lo que los usuarios deberían cubrir el costo real del boleto sin depender de apoyos públicos.

Aunque el movimiento de pasajeros ha mostrado incrementos moderados, la proyección actual indica que el Tren Maya podría tardar entre 10 y 20 años en alcanzar un punto de equilibrio financiero, periodo durante el cual requerirá recursos públicos adicionales para mantenerse en operación.

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