Desde Washington, el presidente Donald Trump advirtió que Estados Unidos iniciará acciones terrestres contra el narcotráfico en América Latina a partir de 2026. La Casa Blanca sostiene que la estrategia busca frenar el tráfico de drogas tras operativos marítimos recientes.

Washington, EE.UU. — La estrategia de seguridad de Estados Unidos contra el narcotráfico entró en una nueva fase tras las declaraciones del presidente Donald Trump desde la Oficina Oval de la Casa Blanca. El mandatario anunció que su gobierno se prepara para iniciar ataques terrestres en América Latina, una señal de endurecimiento en la política antidrogas estadounidense con posibles repercusiones regionales.

Trump sostuvo que Washington logró frenar 96 por ciento del ingreso de drogas por vía marítima, lo que llevó a reorientar el enfoque hacia operaciones en tierra. Aunque evitó detallar fechas, países específicos o alcances operativos, afirmó que las acciones “van a empezar a suceder”, al considerar que el combate terrestre resulta más viable para neutralizar a las organizaciones criminales.

El anuncio ocurre tras una serie de ataques recientes del Pentágono contra embarcaciones en aguas internacionales del Mar Caribe, que, de acuerdo con el gobierno estadounidense, estaban vinculadas al tráfico de drogas. Estas acciones forman parte de una estrategia que Trump ha equiparado con una operación de guerra, al señalar que las muertes por sobredosis en su país representan una amenaza comparable a un conflicto armado.

Aunque la retórica presidencial fue interpretada como una presión directa contra Venezuela, Trump aclaró que los ataques terrestres no se limitarían a ese país. “Las personas que traen drogas a nuestro país son objetivos”, declaró. La respuesta desde Caracas no se hizo esperar. El presidente Nicolás Maduro advirtió que, ante una agresión extranjera, la clase trabajadora venezolana impulsaría una huelga general de carácter insurreccional.

La advertencia también alcanzó a México, principal socio comercial de Estados Unidos y pieza central en la agenda de seguridad regional. La presidenta Claudia Sheinbaum reiteró que existe cooperación bilateral en materia de seguridad, pero subrayó que su gobierno no aceptará ninguna forma de intervención extranjera, al invocar la soberanía nacional y los acuerdos vigentes entre ambos países.

El anuncio de Trump introduce un nuevo elemento de tensión en las relaciones hemisféricas, al plantear una estrategia que podría redefinir la cooperación en seguridad y reabrir debates sobre soberanía, legalidad internacional y el alcance de la política antidrogas estadounidense en América Latina.

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