El presidente Gustavo Petro, con un historial marcado por la guerrilla y la corrupción, utiliza un lenguaje cargado de simbolismo para enfrentarse a Donald Trump. ¿Populismo oportunista o una estrategia peligrosa para Colombia?
Región Global - Gustavo Petro, conocido por su pasado como exguerrillero del M-19 y señalado por sus vínculos con prácticas poco transparentes durante su carrera política, ha vuelto a desplegar una narrativa populista. En una carta dirigida al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, Petro adopta un tono desafiante, apelando al nacionalismo y la resistencia histórica para intentar ganar simpatías.
Sin embargo, detrás de su retórica, se esconden vacíos preocupantes en términos de políticas concretas y soluciones reales. La carta, lejos de buscar una solución diplomática a los conflictos comerciales y migratorios, se presenta como un panfleto político cargado de alusiones ególatras.
Aunque su narrativa intenta destacar la dignidad y soberanía de Colombia, Petro recurre a un tono polarizante que podría deteriorar aún más las relaciones con Estados Unidos, el principal socio comercial del país. Entre las declaraciones más controvertidas, Petro compara a Trump con "esclavistas blancos" y amenaza con imponer aranceles recíprocos, ignorando el impacto negativo que estas medidas podrían tener en la economía colombiana.
La historia de Gustavo Petro está llena de episodios que cuestionan su capacidad para liderar en tiempos de crisis. Su participación en el M-19, un grupo guerrillero responsable de violentos actos en Colombia, y las polémicas de su gestión como alcalde de Bogotá, donde fue acusado de corrupción e ineficiencia, son recordatorios de un pasado que muchos colombianos no han olvidado.
La amenaza de imponer aranceles recíprocos puede parecer un acto de resistencia soberana, pero en realidad podría tener consecuencias devastadoras para la economía colombiana. Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones colombianas, especialmente de productos agrícolas como el café y el banano, sectores que emplean a miles de colombianos.
La retórica desafiante de Petro también afecta a los colombianos que viven en Estados Unidos, quienes ya enfrentan dificultades por las políticas migratorias. En lugar de buscar acuerdos para proteger a sus connacionales, Petro lucra políticamente y utiliza su situación como herramienta política, arriesgando sus derechos y estabilidad en el proceso.
La carta de Gustavo Petro a Donald Trump no es más que un reflejo de su estilo populista y oportunista, un intento de embaucar nuevamente a los colombianos con discursos grandilocuentes que carecen de soluciones concretas. En un contexto de desafíos económicos y diplomáticos, Colombia necesita un presidente responsable, no verborrea que divide y pone en riesgo su estabilidad. Petro puede continuar rasgando sus vestiduras, pero los colombianos enfrentan una dura realidad que demanda menos palabras y más acciones inteligentes.
Carta de Petro a Trump:
Trump, a mi no me gusta mucho viajar a los EEUU, es un poco aburridor, pero confieso que hay cosas meritorias, me gusta ir a los barrios negros de Washington, allí ví una lucha entera en la capital de los EEUU entre negros y latinos con barricadas, que me pareció una pendejada, porque deberían unirse.
Confieso que me gusta Walt Withman y Paul Simon y Noam Chomsky y Miller
Confieso que Sacco y Vanzetti, que tienen mi sangre, en la historia de los EEUU, son memorables y les sigo. Los asesinaron por lideres obreros con la silla eléctrica, los fascistas qué están dentro de EEUU como dentro de mi país
No me gusta su petróleo, Trump, va a acabar con la especie humana por la codicia. Quizás algún día, junto a un trago de Whisky qué aceptó, a pesar de mi gastritis, podamos hablar francamente de esto, pero es difícil porque usted me considera una raza inferior y no lo soy, ni ningún colombiano.
Así que si conoce alguien terco, ese soy yo, punto. Puede con su fuerza económica y su soberbia intentar dar un golpe de estado como hicieron con Allende. Pero yo muero en mi ley, resistí la tortura y lo resisto a usted. No quiero esclavistas al lado de Colombia, ya tuvimos muchos y nos liberamos. Lo que quiero al lado de Colombia, son amantes de la libertad. Si usted no puede acompañarme yo voy a otros lados. Colombia es el corazón del mundo y usted no lo entendió, esta es la tierra de las mariposas amarillas, de la belleza de Remedios, pero también de los coroneles Aurelianos Buendía, de los cuales soy uno de ellos, quizás el último
Me matarás, pero sobreviviré en mi pueblo que es antes del tuyo, en las Américas. Somos pueblos de los vientos, las montañas, del mar Caribe y de la libertad
A usted no le gusta nuestra libertad, vale. Yo no estrecho mi mano con esclavistas blancos. Estrecho las manos de los blancos libertarios herederos de Lincoln y de los muchachos campesinos negros y blancos de los EEUU, ante cuyas tumbas llore y recé en un campo de batalla, al que llegue, después de caminar montañas de la toscana italiana y después de salvarme del covid.
Ellos son EEUU y ante ellos me arrodillo, ante más nadie.
Túmbeme presidente y le responderán las Américas y la humanidad.
Colombia ahora deja de mirar el norte, mira al mundo, nuestra sangre viene de la sangre del califato de Córdoba, la civilización en ese entonces, de los latinos romanos del mediterráneo, la civilización de ese entonces, que fundaron la república, la democracia en Atenas; nuestra sangre tiene los resistentes negros convertidos en esclavos por ustedes. En Colombia está el primer territorio libre de América, antes de Washington, de toda la América, allí me cobijo en sus cantos africanos.
Mi tierra es de orfebrería existente en época de los faraones egipcios, y de los primeros artistas del mundo en Chiribiquete.
No nos dominarás nunca. Se opone el guerrero que cabalgaba nuestras tierras, gritando libertad y que se llama Bolívar
Nuestros pueblos son algo temerosos, algo tímidos, son ingenuos y amables, amantes, pero sabrán ganar el canal de Panamá, que ustedes nos quitaron con violencia. Doscientos héroes de toda latinoamérica yacen en Bocas del Toro, actual Panamá, antes Colombia, que ustedes asesinaron.
Yo levanto una bandera y como dijera Gaitán, así quede solo, seguirá enarbolada con la dignidad latinoamericana que es la dignidad de América, que su bisabuelo no conoció, y el mio sí, señor presidente inmigrante en los EEUU,
Su bloqueo no me asusta; porque Colombia además de ser el país de la belleza, es el corazón del mundo. Sé que ama la belleza como yo, no la irrespete y le brindará su dulzura.
COLOMBIA A PARTIR DE HOY SE ABRE A TODO EL MUNDO, CON LOS BRAZOS ABIERTOS, SOMOS CONSTRUCTORES DE LIBERTAD, VIDA Y HUMANIDAD.
Me informan que usted pone a nuestro fruto del trabajo humano 50% de arancel para entrar a EEUU, yo hago lo mismo.
Que nuestra gente siembre maíz que se descubrió en Colombia y alimente al mundo".
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