De Dinero y Capital
Aranceles: un escenario de crisis que pudo evitarse"

"Hay dos clases de economistas: los que quieren hacer más ricos a los ricos y los que queremos hacer menos pobres a los pobres." — John Kenneth Galbraith, economista.

Si Donald Trump no blofea, la inminente imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a las importaciones mexicanas podría representar el golpe económico más severo en décadas.

Horacio De la Cruz S.

|@Region_Global

Con una economía frágil, un crecimiento inferior al 1% en los últimos seis años y una alta dependencia del comercio con su vecino del norte, México enfrenta un escenario de recesión profunda. Las estimaciones más conservadoras sugieren que el PIB podría contraerse hasta un 4%, desencadenando desempleo en el sector formal de la economía, desinversión y presiones inflacionarias.

La estrategia de Trump no es nueva: el proteccionismo ha sido un pilar recurrente en su política económica. Marcelo Ebrard, por ciento, miente al respecto. Si bien los aranceles generarán incrementos de precios en ciertos productos en EE.UU., el país cuenta con mecanismos para amortiguar estos efectos, como subsidios a su industria, incentivos fiscales y la reconfiguración de sus cadenas de suministro. Históricamente, la economía estadounidense ha demostrado una notable capacidad de adaptación, lo que le permite estabilizar precios y retomar su crecimiento.

México, en cambio, no tiene el mismo margen de maniobra. Con una industria manufacturera tradicional y altamente dependiente de las exportaciones, la imposición de barreras comerciales golpeará de lleno a sectores importantes como el automotriz, el electrónico y el agroindustrial. La pérdida de competitividad por los aranceles podría llevar a la cancelación de inversiones y la relocalización de empresas hacia otros países con menores costos arancelarios.

Recesión a la vista

México viene arrastrando un débil crecimiento. Si los aranceles entran en vigor el 4 de marzo, los efectos en la economía mexicana serán inmediatos y profundos:

  • Caída del PIB hasta en un 4%: La reducción en exportaciones y la salida de inversión extranjera directa afectarán gravemente el crecimiento económico, acelerando la contracción.
  • Desempleo: Sectores intensivos en mano de obra, como el automotriz y manufacturero, enfrentarán despidos debido a la caída de la demanda.
  • Desinversión y probable fuga de capitales: La incertidumbre comercial generará una salida de inversiones, debilitando aún más la economía.
  • Presiones inflacionarias: La combinación de un peso depreciado, mayores costos de importación y exportación, y posibles incrementos en tasas de interés para contener la depreciación del peso elevarán los precios internos, golpeando el consumo y el poder adquisitivo.

Ante este escenario, la respuesta del gobierno mexicano ha sido errática y carente de una estrategia sólida. Nadie sabe del Plan B, C, (...), lo que sea que eso signifique. La política económica actual ha priorizado el gasto social opaco sobre la inversión productiva, con una fuerte carga ideológica sobre la inversión privada, debilitando la capacidad del país para enfrentar choques externos. A diferencia de 2018, cuando México logró amortiguar los efectos de las tensiones comerciales con EE.UU. mediante negociaciones y ajustes, en esta ocasión el margen de maniobra es mucho más reducido.

Si el gobierno de Claudia Sheinbaum no reacciona con medidas concretas —como incentivos fiscales a la inversión, diversificación de mercados y una política industrial que reduzca la dependencia de EE.UU.-, el país podría entrar en un ciclo de estancamiento prolongado, con efectos devastadores en el empleo y el desarrollo económico.

El golpe arancelario de Trump no es solo una amenaza externa; es también el resultado de una política económica interna que ha llenado de insultos a la inversión privada por "neoliberal" y ha fallado en fortalecer la competitividad del país y el clima de inversiones. La falta de diversificación comercial y el abandono de políticas de atracción de inversión han dejado a México expuesto a una crisis que, con una estrategia adecuada, pudo haberse mitigado.

La compañera Claudia puede seguir repartiendo atole todas las mañanas, pero es tiempo de bajarle a la arenga política que da votos pero destruye. Si el gobierno no toma decisiones razonables y oportunas, México no sólo enfrentará una recesión en el corto plazo, sino que comprometerá su crecimiento a futuro.

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