En un operativo inédito, 29 capos del crimen organizado fueron extraditados a Estados Unidos, incluyendo a Rafael Caro Quintero y los líderes de Los Zetas. La presión que ejerce Donald Trump sobre el gobierno de Claudia Sheinbaum está resultando en un hito de cooperación bilateral en seguridad.
InfoStockMx - La Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) confirmaron la extradición de 29 personas privadas de la libertad a los Estados Unidos. Estos individuos eran requeridos por la justicia estadounidense debido a sus vínculos con organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, el crimen organizado y otros delitos de alto impacto.
Desde las primeras horas de la mañana, fuerzas federales y militares desplegaron un fuerte dispositivo en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, y en el Aeropuerto Internacional de Toluca. Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y la Comisión Nacional Antisecuestro (CONASE) resguardaron la operación, asegurando el traslado de los reos en un avión militar tipo CASA C-295M.
Entre los extraditados destacan Rafael Caro Quintero, histórico fundador del Cártel de Guadalajara, así como Miguel Ángel Treviño Morales, alias "Z-40", y Oscar Omar Treviño Morales, alias "Z-42", quienes lideraron el sanguinario cártel de Los Zetas. El hermano de Amado Carrillo Fuentes, Vicente Carrillo “El Viceroy” también fue extraditado esta mañana. Su extradición representa un duro golpe para las estructuras criminales que sembraron terror en amplias regiones de México.
El gobierno de México, presionado por Washington, ha optado por una cooperación sin precedentes en materia de seguridad. La administración estadounidense, bajo la amenaza de sanciones comerciales y otras medidas de presión, ha forzado a su contraparte mexicana a actuar con mayor contundencia contra los cárteles mexicanos.
Este movimiento podría generar repercusiones inmediatas en el panorama delictivo de México. No se descarta un repunte de violencia como represalia por parte de las organizaciones criminales, que podrían buscar reestructurarse o contraatacar a las autoridades.
No obstante la extradición de los capos mexicanos, persisten interrogantes sobre el futuro de la cooperación México-EE.UU. La Casa Blanca aún evalúa la posibilidad de llevar a cabo acciones unilaterales contra los cárteles mexicanos en territorio nacional.
Los 29 extraditados enfrentarán juicios en tribunales estadounidenses por delitos relacionados con el tráfico de drogas, crimen organizado y porte ilegal de armas. Su conocimiento sobre las redes criminales y la corrupción podría derivar en revelaciones que sacudirán tanto a México como a Estados Unidos.
La extradición de estos líderes delictivos marca un parteaguas en la lucha contra el narcotráfico. Si bien se trata de un golpe de alto impacto, la incertidumbre sobre sus efectos colaterales sigue latente. Lo que ocurra en los próximos días, tal vez meses, será fundamental para definir el rumbo que tomará la cooperación bilateral en materia de seguridad.
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