La antigua pileta que servía como referencia para los pasajeros del transporte público en rutas como Huamuxtitlán y Acaxtlahuacán hoy yace completamente seca. Hace tiempo, relatan tulancinguenses, abundaba el agua y hasta pescados tenía.
Tulcingo de Valle, Pue.- En los años ochenta, la pileta ubicada en la zona de ascenso y descenso de pasajeros de Tulcingo del Valle era un punto emblemático del paisaje local. Su agua clara y abundante solía reflejar el cielo, y en su interior nadaban mojarritas y otros pequeños peces. Hoy, ese mismo lugar presenta una imagen radicalmente distinta: seco, polvoriento, con apenas una línea de humedad que apenas sugiere lo que alguna vez fue.
Es en esta zona donde hacen parada las combis que cubren las rutas entre Acaxtlahuacán, Albino Zertuche, Huamuxtitlán y hasta Acapulco. El recorrido desde Acaxtlahuacán a Tulcingo toma entre 20 y 30 minutos, y en este sitio confluyen pasajeros y conductores, justo al lado del gran ahuehuete que domina el paisaje. El árbol, que ha sobrevivido durante décadas, aún impone con su tamaño, como un testigo silencioso del cambio ambiental.
En el pasado, no solo la pileta rebosaba de agua: también corría una barranca cercana, que hoy apenas conserva un delgado hilo líquido. El contraste es impactante. Muchos se preguntan si la pileta se alimentaba de un manantial natural o si era llenada por las autoridades mediante pipas. Lo cierto es que ahora no hay agua.
El descenso en el nivel hídrico podría deberse a la escasez de lluvias en la región, pero el abandono también es evidente. El lugar, aunque conserva su belleza natural gracias al ahuehuete, ya no es lo que era. Hoy, más que un punto de reunión con vida, es una postal de lo que se ha perdido.
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