El Hospital de Tlatlauquitepec se encuentra bajo señalamientos graves: desvío de recursos, abuso de autoridad, amenazas al personal y un caso reciente de negligencia que terminó con una mujer dando a luz en un baño.

Tlatlauquitepec, Pue.- En medio de la aparente normalidad que envuelve al hospital público de Tlatlauquitepec, se esconden anomalías que, según denuncias internas, han alcanzado un punto crítico. La situación ha sido descrita por el personal como insostenible, con un clima laboral tenso, manejos opacos del presupuesto y un reciente hecho de negligencia que dejó al descubierto las deficiencias más graves del sistema.

La figura central de los señalamientos es David Sánchez Pérez, administrador del hospital, quien presuntamente opera con total impunidad gracias a sus vínculos con el gobernador del estado, Alejandro Amenta, y el secretario de salud, Carlos Alberto Olivier Pacheco. De acuerdo con testimonios, Sánchez ha sido protagonista de múltiples conflictos con el personal, a quienes hostiga, despide o amenaza con reducción de sueldo, pese a que legalmente carece de esa facultad.

Uno de los puntos más delicados es el presunto desvío de recursos. Personal de limpieza habría solicitado recientemente la presencia de la empresa que los contrata para aclarar irregularidades, pero el administrador intervino para evitar cualquier revisión, en un intento por ocultar información comprometedora. Las decisiones de contratación y despido, aseguran los denunciantes, responden a conveniencias personales del administrador más que a criterios laborales.

La gravedad de los hechos alcanzó un nuevo nivel cuando, la noche de ayer, una mujer embarazada dio a luz en el baño del hospital luego de haber sido rechazada en reiteradas ocasiones con el argumento de que “no había ginecólogo disponible”. El caso ha generado indignación entre el personal y pacientes, especialmente porque se intentó ocultar la situación impidiendo que fuera grabada. Una persona que documentaba el momento habría sido retirada del lugar por personal médico, según el testimonio.

Este cúmulo de irregularidades, de carácter administrativo y médico, sugiere que la crisis en el Hospital de Tlatlauquitepec no es fortuita, sino el resultado de una cadena de omisiones y abusos sistemáticos que aún no encuentran freno ni sanción efectiva.