Horacio de la Cruz S.
Los aranceles de Trump: un misil en la nueva guerra global
El problema de los economistas es que frecuentemente observan sólo un árbol en el bosque. Hoy se debaten los efectos inmediatos de los aranceles, cuando el mundo asiste a una escalada de tensiones geoeconómicas que definirán el futuro del orden global.

Horacio De la Cruz S.

|@Region_Global

Los aranceles impuestos por Donald Trump no son simplemente una política comercial, sino una herramienta dentro de una estrategia más amplia de contención económica y tecnológica. Los economistas a menudo se enfocan en los efectos de corto plazo sobre la producción y el empleo, en realidad minucias, cuando estamos en medio de un movimiento que es parte de una guerra geoeconómica de gran escala entre Estados Unidos y China.

¿México? No es el ombligo del mundo. Es un territorio en disputa en un enorme tablero. Tanto atole mañanero ha empachado a gran parte de una población que pegada a una letrina no se da cuenta que las acciones y omisiones gubernamentales nos han llenado de tantos problemas como país que lo único que hace Trump, sin ningún esfuerzo, es tomar un garrote y darnos de palos como su piñata favorita.

Fuera de México, las cosas tienen otra dimensión. La geoeconomía ha adquirido tanta importancia como la geopolítica. Si la Guerra Fría se libró con producción de misiles nucleares y carreras espaciales, la nueva guerra global se pelea con aranceles, restricciones tecnológicas y sanciones financieras. El proteccionismo de Trump no busca solo recuperar empleos industriales o mejorar la balanza comercial; su verdadero objetivo es contener el crecimiento de China y desacelerar su ascenso como potencia tecnológica y económica.

Quitemos la venda de los ojos. El conflicto no se limita a la manufactura o el comercio. Se trata del dominio de sectores estratégicos como la inteligencia artificial, los semiconductores y la computación cuántica. Como Elon Musk, Washington ha entendido que el poder del siglo XXI no solo se mide en bases militares, sino en el control de la innovación y las cadenas de suministro globales.

Los mercados de bienes, capitales y dinero están más interconectados que nunca, y en ellos, Estados Unidos dicta las reglas. Los aranceles son solo una pieza de una estrategia mayor que incluye sanciones a empresas tecnológicas chinas, presión sobre aliados para limitar sus lazos comerciales con Pekín y una creciente relocalización de las cadenas de producción y suministro, que Trump no las quiere en países como México o India, sino en EE.UU., sobre todo si son empresas tecnológicas y de innovación.

Pero los chinos no están mancos ni tullidos. Su dominio en la producción y refinamiento de tierras raras les otorga una palanca de negociación crucial. China, además, ha impulsado el yuan digital y acuerdos para comerciar sin el dólar, desafiando la hegemonía financiera de EE.UU. Sin embargo, la dependencia de China de la tecnología y los mercados occidentales sigue siendo su principal debilidad estructural.

Así que el mundo no está presenciando una guerra comercial, sino una guerra geoeconómica. Trump no está simplemente imponiendo aranceles; está lanzando los primeros misiles de un conflicto que podría definir el equilibrio de poder global por las próximas décadas.

De acuerdo con varias lecturas (p. ej. Eswar S. Prasad, profesor de política comercial en la Universidad de Cornell), un buen número de economistas pierde de vista la dimensión real de esta disputa. Mientras analizamos cómo crece un árbol, resulta que el bosque entero está en llamas,

A pesar de los nubarrones no todo mundo está preocupado, menos en México, pase lo que pase. La compañera Claudia muy cómoda en su papel de encargada de despacho, la clase política y gobernante viviendo en jauja, como nunca, y un vividor dirigiendo a México desde un teléfono satelital encriptado y con reuniones en lo oscurito desde un lugar paradisiaco con masajes de 30 minutos al día, disque escribiendo un libro (manual del gobernante transformador): "Cómo hacer pendejo a todo un país usando la palabra 'pueblo'".