⚖️🇲🇽 Con 72 votos a favor y 34 en contra, el Senado aprobó en lo particular la desaparición de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y la creación de la Comisión Nacional Antimonopolio, un nuevo órgano sectorizado a la Secretaría de Economía.

CDMX - Con la justificación de una “simplificación orgánica” y la supuesta búsqueda de fortalecer la política de competencia en México, el Senado avaló reformas a la Ley Federal de Competencia Económica y la Ley Federal de las Entidades Paraestatales para extinguir la Cofece y trasladar sus funciones al Ejecutivo Federal, bajo un rediseño institucional que pretende, en el discurso, “garantizar la libre concurrencia y competencia económica”.

En tribuna, Martha Lucía Micher Camarena (Morena) argumentó que el cambio permitirá

“recuperar el control del Estado sobre los intereses económicos, para que la competencia sea de verdad una herramienta en favor de las familias mexicanas”.
Esta narrativa se enmarca en la línea de centralización del gobierno federal bajo la bandera de eficiencia y austeridad.

Sin embargo, los cuestionamientos no se hicieron esperar. Marko Cortés Mendoza (PAN) advirtió que la reforma destruye contrapesos y concentrará en el Ejecutivo el control de la competencia económica, generando incertidumbre, desempleo y ahuyentando la inversión. Miguel Ángel Riquelme Solís (PRI) la calificó como

“profundamente regresiva”
al eliminar la autonomía de la autoridad de competencia y abrir la puerta a la captura política de decisiones que deben ser técnicas e imparciales.

Desde Movimiento Ciudadano, Francisco Daniel Barreda Pavón sostuvo que sustituir a la Cofece por una comisión antimonopolios sectorizada a la Secretaría de Economía implica una pérdida de autonomía, deteriora la competitividad y daña a los ciudadanos al subordinar decisiones de mercado a posibles intereses políticos.

En contraste, Waldo Fernández González (PVEM) y Yeidckol Polevnsky Gurwitz (PT) defendieron que la nueva comisión permitirá actuar con firmeza frente a quienes abusan de posiciones dominantes y bajará costos administrativos, asegurando que no afectará los derechos laborales.

Con la negativa a las reservas propuestas por senadores del PAN, PRI y MC, el dictamen quedó intacto en sus términos originales. La votación evidenció una división entre quienes ven la medida como parte de un proceso de control estatal y austeridad, y quienes alertan de un retroceso en materia de competencia y de un nuevo episodio de concentración de poder en el Ejecutivo.

La propuesta ahora pasa a la Cámara de Diputados, donde el debate continuará sobre si esta reforma representa un fortalecimiento del Estado en materia de competencia o un golpe a los contrapesos que sostienen la certidumbre para la inversión y la competitividad en México.