🧨 El atentado con explosivos en Coronango no fue un hecho aislado: fue un evento de características terroristas a manera de mensaje dirigido a la Fiscalía de Puebla por una célula criminal. Con un coche abandonado con restos humanos como señuelo, y artefactos colocados para estallar cuando policías y peritos llegaran, los cárteles mostraron que no dudan en usar explosivos en Puebla para intimidar. 🚔💣

Coronango, Pue.- Los hechos, registrados en San Antonio Mihuacán, en Coronango, irrumpieron con el estruendo de dos explosiones el lunes. Agentes de la Policía Municipal, Estatal y peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla acordonaban un vehículo Honda HR-V con placas de la Ciudad de México, abandonado entre tierras de cultivo y con bolsas negras cargadas de restos humanos en su interior.

Fue entonces cuando los explosivos estallaron, hiriendo a dos agentes municipales. Uno cayó al suelo con esquirlas en la mano, mientras los peritos corrían para salvar la vida. Los cuerpos de seguridad evacuaron y llegó el Ejército Mexicano, la Marina y un equipo especializado en desactivación de explosivos para asegurar el terreno y buscar más artefactos.

Horas después, en redes sociales, apareció un mensaje atribuido al “Operativo Barredora”. Se adjudicaron el atentado y señalaron el motivo: su ataque iba dirigido a la Fiscalía de Homicidios de Puebla tras la incorporación a sus filas de Gustavo Alonso González Zapata, alias “Sauce”, como director de Operaciones y Logística.

Sigue la misma porquería de mandos en Puebla poniendo la misma basura que apoya a robos, despojos, secuestros y extorsiones. En la policía municipal costó la vida de policías por acatar órdenes de esta lacra de clave Sauce; ahora van ustedes Fiscalía de Homicidios.

Advirtió el mensaje, agregando una amenaza cruda:

Ahí les dejamos unas granaditas, la próxima les volamos sus oficinas completas.

Lo que parecía un levantamiento de restos humanos en un coche robado se convirtió en un atentado con explosivos de características terroristas, dirigido a cuerpos de seguridad estatales, con un mensaje claro: intimidar y condicionar las acciones de la Fiscalía y del gobierno estatal en Puebla.

“Sauce”, quien estaba presente durante la explosión y salió ileso, es un personaje con historial polémico: exmando de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) en Puebla Capital, señalado por abuso laboral, amenazas previas de grupos criminales y, pese a ello, recientemente nombrado alto mando en la Fiscalía. Ahora, se encuentra bajo investigación para confirmar si el atentado fue un ataque directo en su contra, como sugiere la célula delictiva.

El gobernador Alejandro Armenta calificó el atentado como una reacción de los grupos criminales a los operativos de seguridad implementados en la entidad. El titular de la SSP, Francisco Sánchez González, confirmó que la investigación para identificar el tipo de explosivos continúa a cargo de personal especializado, mientras la FGE, la SSP y la Sedena coordinan la indagatoria para determinar la autoría material y las complicidades detrás del atentado.

Con este ataque, Puebla suma un nuevo episodio en el escalamiento de violencia: el uso de explosivos como herramienta de presión de los cárteles contra instituciones de seguridad, como una modalidad de terrorismo con destinatario claro, pero con efectos de miedo en toda la estructura operativa de las fuerzas estatales y en la población.