Puebla construye su economía sobre medio millón de microempresas, pero la falta de escalamiento amenaza su competitividad

Mexconomy — En las calles de Puebla, detrás de cada esquina, se esconde una historia empresarial. Son 472,000 establecimientos que dan vida a una economía que, vista desde las alturas, parece robusta y pujante. Sin embargo, un análisis detallado de los Censos Económicos 2024 revela una realidad más compleja: Puebla ha construido un gigante empresarial con pies de barro.

Expliquemos: Los números son, a primera vista, impresionantes. En estos establecimientos laboran 1,685,166 personas, una cifra que coloca a la entidad como un motor de empleo significativo en el país. Pero es al profundizar en la estructura de este tejido empresarial donde emergen las primeras señales de alarma.

De las 368,108 unidades económicas del sector privado y empresas paraestatales que operan en Puebla, una cifra abrumadora revela el rostro real de la economía poblana: 97.1% son microempresas que emplean a 10 personas o menos. Esta aparente fortaleza del emprendimiento local esconde una realidad preocupante.

"La atomización empresarial de Puebla es extraordinaria, pero también peligrosa". Estas microempresas, aunque representan la abrumadora mayoría del tejido empresarial, emplean al 58.2% del personal ocupado pero únicamente contribuyen con el 22.0% del valor agregado censal bruto total.

En el extremo opuesto de la balanza se encuentran las empresas grandes, aquellas que emplean a más de 250 personas. Representan apenas el 0.1% del total de unidades económicas, pero su impacto es desproporcionadamente alto: dan trabajo al 15.1% del personal ocupado y contribuyen con el 40.6% del valor agregado censal bruto total.

El dinamismo empresarial poblano parece incuestionable cuando se observa que 21,748 establecimientos iniciaron operaciones en 2024, una cifra que habla de un ecosistema emprendedor importante. Sin embargo, esta aparente vitalidad económica enfrenta un problema estructural que Mexconomy califica como "la trampa de la microempresa".

La evidencia es contundente: mientras las microempresas proliferan, la economía poblana carece de empresas medianas y grandes que puedan competir en mercados globales, generar empleos de alta calidad y producir innovación tecnológica. Esta estructura piramidal invertida coloca a Puebla en una posición vulnerable ante crisis económicas y cambios en la demanda global.

Los datos revelan una brecha de productividad alarmante. Si se analiza la contribución por empleado, las microempresas poblanas generan, en promedio, menos de la mitad del valor agregado por trabajador comparado con las empresas grandes. Esta diferencia no es solo una estadística; representa salarios más bajos, menor competitividad y limitadas oportunidades de crecimiento para los trabajadores poblanos.

La situación se vuelve más preocupante cuando se considera que el sector privado y las empresas paraestatales emplean a 1,251,065 personas. La mayoría de estos trabajadores se encuentra en empresas pequeñas con limitada capacidad de inversión en tecnología, capacitación y desarrollo de capital humano.

Así que la estructura empresarial poblana presenta riesgos sistémicos que van más allá de los números. La alta dependencia de microempresas hace que la economía local sea extremadamente vulnerable a shocks externos, cambios en las políticas públicas y fluctuaciones en la demanda interna.

Durante la pandemia de COVID-19, este modelo mostró su fragilidad cuando miles de microempresas cerraron definitivamente, mientras que las empresas más grandes lograron adaptarse y, en muchos casos, crecer. La lección fue clara: una economía basada en microempresas es una economía en riesgo permanente.

Puebla enfrenta una paradoja económica singular, explican analistas de Mexconomy: genera empleo y actividad empresarial, pero no logra crear empresas que escalen hacia tamaños medianos y grandes. Este fenómeno, conocido como "missing middle" en la literatura económica, limita severamente el potencial de crecimiento económico de largo plazo.

Los 64,226 establecimientos que operan en zonas rurales agravan esta situación, ya que generalmente tienen aún menor acceso a financiamiento, tecnología y mercados que les permitan crecer. Mientras tanto, los 15,933 establecimientos del sector público operan con lógicas diferentes y no contribuyen directamente al escalamiento empresarial privado.

El retrato que emerge de los Censos Económicos 2024 es el de una economía poblana que ha logrado generar una abundante base empresarial pero que carece de eficiencia colectiva. Es un ecosistema que privilegia la cantidad sobre la calidad, la supervivencia sobre el crecimiento, y la dispersión sobre la concentración estratégica.

Esta estructura no es sostenible en un mundo globalizado donde la competitividad depende cada vez más de la capacidad de las empresas para innovar, exportar y generar alto valor agregado. Puebla corre el riesgo de convertirse en una economía de subsistencia disfrazada de dinamismo empresarial.

Más allá de los números

Los datos de 2024 presentan a los hacedores de política pública poblanos un desafío complejo: ¿cómo transformar una economía de microempresas en una economía de empresas competitivas? La respuesta no está en desincentivar el emprendimiento, sino en crear las condiciones para que las empresas pequeñas puedan crecer.

Esto requiere políticas activas de financiamiento, programas de desarrollo empresarial, mejora en la infraestructura, y sobre todo, un cambio cultural que valore el crecimiento empresarial por encima de la mera supervivencia económica.

El gigante poblano existe, pero sus pies de barro amenazan con desmoronarse ante la primera tormenta económica seria, como ya está ocurriendo con las políticas arancelarias de Donald Trump y el cambio tecnológico a nivel global. Los próximos años serán cruciales para determinar si Puebla logra fortalecer su estructura empresarial o si continúa caminando sobre bases frágiles.

DIMENSIÓN EMPRESARIAL

  • 472,000 establecimientos operan en el estado
  • 1,685,166 personas trabajan en estos establecimientos
  • 21,748 nuevas empresas iniciaron operaciones en 2024
  • 368,108 unidades económicas del sector privado y paraestatales
  • 97.1% son microempresas (10 empleados o menos)
  • 0.1% son empresas grandes (más de 250 empleados)

Los datos presentados provienen de los Censos Económicos 2024 del INEGI.