La cocina poblana vuelve a encontrar en sus comunidades el alma que la sostiene. El “Festival del Cuexcochile en Nogada” no es solo una ruta gastronómica, sino un acto de identidad donde cocineras tradicionales y pueblos enteros se organizan para defender su historia a través del sabor.
Puebla de Zaragoza, Pue. — En Puebla una generación joven ha tomado la batuta para reivindicar el sentido comunitario de la cultura. La novena edición del Festival del Cuexcochile en Nogada es prueba de ello: una iniciativa creada, gestionada y sostenida por vecinos y vecinas que creen en la gastronomía como un acto de memoria viva.
Este 2025, el festival se celebrará durante seis jornadas —los días 19, 20, 26 y 27 de julio, y 2 y 3 de agosto, de 10:00 a 18:00 horas— en la junta auxiliar de La Libertad, a las faldas del volcán Cuexcomate, un antiguo cráter que ha sido resignificado como espacio de encuentro cultural. Allí, más de 30 recetas de cocineras tradicionales serán rotadas para mostrar la riqueza del Chile en Nogada, un platillo cuya complejidad no solo reside en su preparación, sino en su capacidad para narrar quiénes somos.
El evento es organizado por el Comité Libertad Cultural, un colectivo de jóvenes entre 24 y 32 años que ha logrado, desde el trabajo voluntario, crear una red de colaboración entre municipios, artesanos, artistas y promotores culturales. Su presidente, Yair Cruz Tenorio, ha enfatizado que la meta no es lucrar ni institucionalizar el evento, sino sostenerlo como una plataforma de rescate, conservación y difusión del arte y la cultura popular desde los márgenes, desde abajo.
“Queremos que este festival sea una experiencia para la comunidad, no un producto turístico vacío”, dice Cruz. Y lo sostienen con hechos: para el domingo 3 de agosto, planean regalar 2 mil Chiles en Nogada a quienes asistan, como un gesto de reciprocidad con el pueblo que les ha dado ingredientes, saberes y manos. Estiman la llegada de unas 10 mil personas durante los seis días, con una derrama económica cercana al millón de pesos —todo ello sin grandes patrocinios ni estructuras gubernamentales detrás.
Aunque hubo presencia institucional en la presentación del evento, como la del subsecretario de Cultura, Emilio Herrera Corichi, el protagonismo no estuvo en los discursos oficiales. El valor del festival está en las cocineras que compartirán sus versiones familiares del platillo, en los bailes tradicionales que recuperarán los ritmos de los pueblos originarios, y en las exposiciones de arte que retratan una Puebla profunda y resiliente.
El Festival del Cuexcochile en Nogada se ha convertido en algo más que un evento gastronómico. Es un acto de dignidad comunitaria, un espacio donde el arte popular, los sabores heredados y las historias colectivas se reconocen mutuamente sin intermediarios. En un país donde la cultura suele ser utilizada como ornamento de discursos ajenos, esta iniciativa es una bocanada de autenticidad.
Y quizás por eso, año con año, crece sin perder su espíritu: uno en el que la cultura no se celebra desde la tarima, sino desde la mesa compartida.
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