🐂 Mientras el sureste de México enfrenta una infestación creciente del gusano barrenador del ganado, Puebla se mantiene, hasta ahora, como zona libre. Pero el avance de la plaga en estados vecinos, los casos humanos confirmados y los riesgos económicos en juego obligan a una respuesta urgente. 🧬🚨🛑

RG Revista — Erradicado desde 1991, el gusano barrenador del ganado (GBG), larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, ha reaparecido en México. Esta plaga zoosanitaria, que devora tejido vivo de animales e incluso humanos, ha dejado más de 3,324 casos en especies animales y al menos 13 personas afectadas en el país desde su reintroducción por la frontera con Guatemala en noviembre de 2024.

El brote, que inició en Chiapas, se expandió a Tabasco, Campeche, Quintana Roo, Yucatán y recientemente a Veracruz, donde municipios limítrofes con Puebla como Uxpanapa y Las Choapas ya reportan más de 50 casos. La amenaza es real y próxima.

Ante la cercanía geográfica del brote, Puebla ha implementado medidas preventivas para evitar la entrada del GBG al estado. Hasta el 1 de agosto de 2025, Puebla no reporta ningún caso confirmado ni sospechoso, ni en humanos ni en ganado. Sin embargo, las autoridades insisten en que la fase es de prevención activa, no de confianza.

De ingresar el gusano barrenador a la entidad, las consecuencias serían severas. Puebla cuenta con más de 2.1 millones de cabezas de ganado, incluyendo bovinos, porcinos y caprinos. El daño podría afectar directamente a más de 70 mil pequeños productores rurales.

Además, el estado participa en los mercados de exportación de carne y subproductos. Un solo caso podría implicar restricciones sanitarias inmediatas, cierre de fronteras comerciales y pérdida de competitividad nacional. En el contexto actual, México ha perdido 25 millones de dólares diarios por la suspensión temporal de exportaciones a Estados Unidos.

Más allá del impacto pecuario, el GBG representa una amenaza a la salud pública. El primer caso humano en México se confirmó en una mujer de 77 años en Chiapas. A junio de 2025, se contaban 13 casos humanos y una muerte confirmada por miasis.

En Puebla, la Secretaría de Salud activó protocolos de vigilancia y difusión en clínicas rurales, especialmente en la región de Tehuacán, Sierra Negra y el Valle de Acatlán, donde existe alto contacto entre humanos y animales de traspatio.

La frontera sanitaria: Veracruz como punto crítico

El avance del gusano barrenador en Veracruz es una señal de alerta para Puebla. Municipios como Las Choapas y Uxpanapa, a menos de 200 km de municipios poblanos, reportan infestaciones activas en bovinos, porcinos y equinos. SENASICA ha instalado puntos de verificación internos (PVIF) y desplegado brigadas, pero el insecto puede volar hasta 150 km en una semana.

“El gusano barrenador no entiende de límites estatales. Si no frenamos su avance en la frontera con Veracruz, Puebla será el siguiente frente”, advirtió un técnico zoosanitario del DINESA consultado por Región Global.

La reaparición del GBG exige un enfoque de Una Salud, que articule sanidad animal, salud humana y protección ambiental. Puebla ha sido ejemplo de respuesta preventiva, pero los riesgos aumentan con cada día que el brote se expande sin control en el sureste.

La contención del gusano barrenador en Puebla es una carrera contra el tiempo y contra el viento. Aunque la entidad se mantiene libre de infestación, su ubicación geográfica, su importancia pecuaria y su interconexión con zonas afectadas la convierten en zona de alto riesgo.

La experiencia de Centroamérica, Chiapas y ahora Veracruz demuestra que la plaga no espera. Puebla aún está a tiempo de consolidar una estrategia regional, preventiva y sostenida. Pero para lograrlo, se necesita más que blindajes: se requiere anticipación, vigilancia y cooperación multilateral.