
“La política es, ante todo, lucha por el poder; y en esa lucha los medios importan tanto como los fines.” — Giovanni Sartori
El Partido Verde Ecologista de México en Puebla vive su mejor momento electoral, pero también enfrenta contradicciones internas que revelan los límites del modelo de control centralizado de Manuel Velasco, donde su ausencia pesa tanto como la presencia.
El ascenso del Verde en Puebla es innegable. Bajo el mando de Jimmy Natale, la fuerza verde ha escalado hasta colocarse, tal vez ahora mismo, como la segunda fuerza política del estado, con presencia activa en 28 municipios y una bancada legislativa que garantiza interlocución directa con el Ejecutivo local. A esto se suma la meta de alcanzar 60,000 afiliados, cifra que marcaría un salto cualitativo en su estructura territorial. Sin embargo, este crecimiento convive con una paradoja: la consolidación de un partido que, al mismo tiempo, exhibe fracturas en su liderazgo local.
La visita de Karen Castrejón el 17 de agosto de 2025 para confirmar la continuidad de Natale hasta 2027 parecía sellar la estabilidad. No es así. En un partido donde el centralismo y el control personal del líder son regla, la ausencia del Güero Velazco se convirtió en el mensaje más elocuente.
En ese contexto emerge Charbel Jorge Estefan Chidiac, ex priista con experiencia electoral, conexiones y alianzas diversas, particularmente con el ex gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina. Quiere ser presidente del PVEM y su capacidad para articular redes con las élites políticas lo coloca como un desafiante serio a la dirigencia de Natale.
Cuando su proyecto empezaba a despegar, un expediente de inteligencia financiera lo frenó en seco. Estefan Chidiac sudó frío, pero la mano de Céspedes Peregrina logró “pausar” un proceso de ese calibre y darle oxígeno, aunque no certezas, en una contienda donde el “tamaño” del expediente y quien lo sostiene pesan más que su intención política.
El gobernador Alejandro Armenta es el dueño de los tiempos políticos de Puebla. Su respaldo a Natale responde a la necesidad de tener un aliado confiable en el Verde de cara al proceso electoral de 2027. Y como es natural, no dejará que se le cuelen perfiles que desordenen su tablero político en construcción, menos aún en la antesala de su propia sucesión.
Pero las aguas apenas comienzan a agitarse. Para 2027 los escenarios en el Verde no son claros: Natale consolidado con el apoyo de Armenta; Estefan Chidiac imponiéndose con la venia del Güero Velazco; o una fragmentación que reduzca al Verde a un actor debilitado en Puebla. Lo que incline la balanza dependerá de cuatro factores: la decisión personal de Velasco, la posición de la presidenta Claudia Sheinbaum, la negociación del gobernador Armenta y el desenlace del expediente contra Estefan Chidiac.
Lo que ocurre en Puebla trasciende la política local. El Verde enfrenta aquí una prueba de resistencia que podría anticipar conflictos similares en otros estados. ¿Hasta dónde es sostenible un modelo basado en el control personal del Güero Velazco frente a un partido que crece territorialmente y que necesita integrar liderazgos con historias y lealtades propias? El resultado en Puebla, al iniciar el proceso electoral 2026-2027, marcará si el Verde será una fuerza en expansión o un partido atrapado en sus contradicciones internas.
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