El inicio de la revista vehicular 2025 en Tehuacán evidencia que, pese al gasto millonario que implica para concesionarios, el transporte público sigue ofreciendo el mismo servicio deficiente a los usuarios y sin certeza de que la medida trascienda como algo más que un trámite recaudatorio.
Tehuacán, Pue. - En la Unidad Deportiva Sur comenzó la revisión obligatoria de las unidades de transporte público de Tehuacán, programada por la Secretaría de Movilidad y Transporte. Aunque la dependencia presume que el proceso garantiza seguridad y condiciones óptimas para los usuarios, en la práctica el servicio se mantiene sin cambios sustantivos: frecuencias reducidas, unidades abarrotadas y un parque vehicular cuya modernización depende más del endeudamiento de los concesionarios que de una verdadera política de movilidad.
El propio dirigente de los Pioneros del Autotransporte, Rodolfo Montalvo Cruz, reconoció que para cumplir con la disposición se adquirieron alrededor de 200 unidades nuevas, financiadas con créditos que elevan el costo de cada vehículo hasta 1.3 millones de pesos. El impacto de estas deudas, traducidas en mensualidades de 14 mil pesos por unidad, terminará inevitablemente reflejándose en el bolsillo de los usuarios, quienes no ven mejoras tangibles en rutas, paradas o tiempos de traslado.
Mientras tanto, la autoridad municipal, a través de Óscar Ramírez Pacheco, habla de la revista como una oportunidad de “censo” y de planeación futura. Sin embargo, la ausencia de datos transparentes sobre seguridad, reducción de accidentes o eficiencia en la movilidad coloca en duda el sentido real de la medida. Lejos de constituir una política de modernización del transporte, la revista vehicular se perfila como un trámite recaudatorio de dudosa eficacia, donde el costo lo asumen concesionarios y pasajeros, pero los beneficios concretos permanecen ausentes.
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