La esperada presentación del artista ayotoxquense Diego Sanz en la Feria Regional del Maíz 2025 fue cancelada por falta de pago. Mientras el público se quedó sin espectáculo, crecen las acusaciones contra la alcaldesa Alicia Guerrero Hernández (2025–2027) por presuntamente haberse quedado con los recursos destinados al evento. Hasta ahora, no ha ofrecido explicación alguna.
Ayotoxco de Guerrero, Pue. — El 2 de octubre estaba programada una de las noches más esperadas de la Feria del Maíz en Ayotoxco de Guerrero. El Teatro del Pueblo sería escenario del concierto estelar de Diego Sanz, artista local que regresaría a su tierra para celebrar con su gente. Sin embargo, la función nunca ocurrió. La explanada quedó vacía, los micrófonos apagados y los asistentes desconcertados ante la ausencia de cualquier anuncio oficial.
Horas más tarde, fue el propio Diego Sanz quien rompió el silencio a través de un comunicado público, en el que explicó que la presentación fue cancelada debido a que no se realizaron los pagos correspondientes para concretar el show. El cantante precisó que la situación estuvo fuera de sus manos y lamentó profundamente no haber podido cumplir con el público que esperaba su espectáculo.
Hasta el momento, el H. Ayuntamiento de Ayotoxco, encabezado por la alcaldesa Alicia Guerrero Hernández, no ha emitido declaración alguna. Sin embargo, comienzan a circular acusaciones directas contra la edil, señalándola de presuntamente apropiarse del dinero destinado a la feria. Las críticas se han intensificado ante la falta de transparencia y de un pronunciamiento oficial.
Desde diversos espacios se ha subrayado que, más allá de los artistas foráneos o locales, todo trabajo debe ser valorado y remunerado justamente. La cancelación de un evento no solo afecta la imagen del municipio, sino también a los comerciantes y emprendedores que dependen de la afluencia de visitantes durante los días festivos. La falta de pago, además de ser una omisión administrativa, genera desconfianza y desalienta la participación cultural.
Los organizadores habían prometido una feria emblemática, pero los “imprevistos” se convirtieron en raterías visibles que dejaron más que un escenario vacío: expuso la urgencia de rendir cuentas y de garantizar que los recursos públicos destinados a la cultura se ejerzan con responsabilidad y respeto hacia quienes hacen posible la fiesta.

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